domingo, agosto 27, 2006

Un par de nalgas por López Obrador



Es la 1:30 de la tarde y arriba de un templete unos niños vestidos de huehues, pero sin la máscara, miran a dos jóvenes del Frente Juvenil Universitario mostrar sus traseros a los pocos asistentes que apoyan a López Obrador.
“Niños cochinos”, espeta una venerable anciana al ver tremendo espectáculo. Ella está sentada dándole de comer a las palomas del zócalo y tapa sus lentes con una de sus manitas.
El comentario no es para menos, pues los dos estudiantes universitarios enseñan salva sea la parte a la catedral de Puebla, donde cada domingo las familias muy católicas se reúnen a escuchar la homilía de don Rosendo Huesca.
Los niños vestidos de huehues ven los traseros de los dos jóvenes, mientras varios turistas caminan frente a ellos observando que la democracia en México es puesta al descubierto por estos estudiantes. Los extranjeros, también jóvenes, ríen al ver las credenciales de los dos muchachos que llevan los boxers hasta los tobillos.
“Es para Fox, Calderón y el Trife”, dice el líder de los jóvenes perredistas, quien no se atrevió a sentir las ventiscas de aire que pegan ligeramente a esa hora del día.
Lamentablemente es muy poco el espectáculo, pues es disfrutado por unos niños huehues, una viejita que alimenta palomas, turistas y uno que otro morboso que se detiene a ver si es que alguno de los “artistas” cuenta con algún lunar distintivo en la nalga derecha.
Es curioso ver cómo las partes pudendas de estos muchachos de no más de 20 años están justo a la altura de una pancarta de López Obrador, en la cual por su puesto sonríe, y lleva puesto el dedo pulgar en alto, como si festejara que los estudiantes le pusieran esa “otra cara” —la de atrás, pues— a La Fuente de San Miguel.
La viejita ya molesta se levanta. En una mano lleva un paraguas y en la otra su bolsa negra ya un poco lastimada por el tiempo.
Las palomas ahora sufren de falta de alimento por culpa “de unos chamacos pornográficos” que le pusieron el nalgatorio al palacio de Charlie Hall, y el “pequeño demócrata que todos llevamos dentro” a nuestra catedral poblana donde se encuentra la imagen de “Dios, nuestro señor”.
Así culmina la protesta por la democracia, con dos cuerpos desnudos, palomas hambrientas, viejitas furibundas y turistas jocosos que no dejan de reír al ver a los porristas de “El Peje”.

lunes, agosto 21, 2006

De regreso



Señores después de unas merecidas vacaciones... regreso. Hay tanto que contar que no sé por dónde empezas. Sí, me he puesto la soga al cuello, pero no he dejado de ser un cerdo con alas.

Saludos