lunes, diciembre 29, 2008

A Luna

Sólo esta canción, pero ahora interpretada por Andy Williams
y Henry Mancini, que es como se planeó originalmente para Desayuno en Tifanys

Moon river




viernes, diciembre 26, 2008

La Conjura de los necios (pequeño fusil)

"Cuando en el mundo aparece un verdadero
genio, puede identificársele por este signo:
todos los necios se conjuran contra él"

Johnathan Swift

Pues bien, me he tomado el atrevimiento de robarme esta frase sin permiso ni del autor de la conjura de los necios ni el epígrafe con el que inicia la novela.
A principios de los años noventa, cuando empezaba la preparatoria, me junté con una serie de locos -a algunos todavía los respeto, a otros no- y escuchábamos a Pink Floyd, a Led Zeppelin, Sabath, Rockdrigo González. Leíamos a Spiderman, opinábamos de tal o cual tema. Sentíamos que éramos distintos a los demás. Algunos de ellos jugaban dungeons and dragons. Fumábamos hasta el hartazgo. Veíamos porno. Albureabamos. Sentíamos que el mundo nos pertenecía. Hablábamos de nuestros amores platónicos. Algunos eran escritores. Otros pintaban. Varios les gustaba la música y tocaban algún instrumento. Uno era un genio de la computación. Yo había sido corrido de una escuela en donde nunca me sentí parte de ellos. Era el CENHCH y ahora entiendo por qué. Eran demasiado poblanos. Demasiado tradicionales. Por ello me identifiqué con esa bola de locos con los cuales más tarde terminé peleado, no por mi, sino por ellos porque sintieron que me burlé de H.P.Lovecraft y no sé qué tonterías.
Honestamente me valió madre su reacción infantil.
Ya a mediados de los noventa comencé a chambear como office boy en una estación de radio desaparecida: Sí F.M.
En esa época conocí a un tipo muy inteligente y buen amigo: Luis Diego, quien ahora es productor de Radio UAP. Él junto con una bola de freaks producían la barra nocturna de esa estación.
Los viernes ir con esa bola de freaks era una locura: cervezas, música, alcohol, más música y mucho ron.
Era puro exquisito.
Y nada de escuchar en español porque sería aberrante.
Todo en inglés y que fuera rock, blues, jazz.
Lo demás era para nostálgicos, románticos, tarugos, enfermos, cursis.
Por supuesto yo me asumía como parte de ellos, aunque nada más era apariencia. Era la necesidad de ser parte de alguien y como efectivamente me chocaba la música comercial en español, no me quedaba otra más que pegarle al rollo "b".
Total que me volví un intolerante con la música. Debo confesar que a mi me gustaba Pearl Jam, pero como a ellos les parecía un mal intento de rebeldía dejé de escuchar a estos muchachos.
Pasaron años y yo me volví un necio, intolerante y si no era nada con rock estaba mal para mi. Era un sello distintivo, era decir que yo era malo, malito, hell angel y no sé cuántas tonterías más.
Lo mismo ocurria en el cine y en libros y en todo.
Hace poco, no mucho, descubrí que sólo era un cretino, un necio, un invento más de la moda-antimoda.
No sé de quien sea la frase: "La peor película es la que no has visto" y creo que eso se aplica a la música, a la vida, a todo.
Si estoy sugiriendo que estos cuates con los que me juntaba eran necios, cretinos, bueno, algunos sí, no todos.
Algunos, como Luis Diego, sí son auténticos.
Otros, no.
Un amigo por ejemplo que le da la necesidad por comprar las cosas más raras de las tiendas de discos le descubrí en su auto un disco de Chayane y otro de Crhistian Castro.
POr supuesto lo estoy jodiendo todo el tiempo con ello. POr eso, porque yo era igual y sé que le cuesta uno aceptar que hasta las cumbias y demás porquerías las disfruta uno.
Honestamente, si alguien viera mi Ipod se asombraría de tanta música que tengo y tan disímbola.
Hay cosas que a la fecha no escucho ni porque me inviten una quesadilla de flor de calabaza de la 5 Poniente.
Ni lo permita Dios.
Pero ya es un asunto personal.
Recientemente conocí a un chamaco muy inteligente llamado José Ramón López Rubí Calderón quien es alguien a quien respeto y lo que le he leído y me gusta es por eso, porque él conjura no como un necio sino contra los necios. Es decir, él se ríe y se pitorrea con argumentos serios, aunque a veces son sarcásticos, contra toda esa izquierda pejista o contra esos "periodistas" de "izquierda" que trabajan en La Jornada de Oriente y que piensan que la nota más importante es la carencia de agua en Santa Rita Tlahuapan. No porque no sea importante, claro que lo es, pero no es la nota más importante del día.
Es burlarse de lo políticamente correcto, pues.
Me causa gracia ya, cuando escucho también a periodistas que se ponen a hacer citas de escritores o politólogos. O que en sus columnas hacen ese tipo de referencias para debatir entre ellos y pensar que los lectores los van a admirar más, cuando en realidad sólo juegan el papel del nuevo traje del emperador.
Así es esto. No hay de qué espantarse. Yo también juego a ser incongruente.
A seguir con la conjura de los necios.

O como diría el Juan lenón:
Watching the Wheels

miércoles, diciembre 24, 2008

martes, diciembre 09, 2008

PINK FLOYD, EL REENCUENTRO

Sí, aquí están, la nueva versión de The Wall, de Another Brick in the wall parte 2.


jueves, noviembre 27, 2008

miércoles, noviembre 26, 2008

El soundtrack de una vida

The Tower of song (Leonard Cohen)


Bien, aquí estoy otra vez y con una arruga más.
Nuevas espinillas.
A veces me gustaría cerrar este ciclo o iniciar una nueva experiencia. Just like starting over, como diría Lennon.
Aunque sabes, a pesar de todo, mis ojos volvieron a mirarte.
Mi bronca es mi excesiva honestidad que se convierte en cinismo.
O mi excesivo cinismo que raya ya en la honestidad.
Nadie entiende que digo lo que pienso.
Que juego al pokar abierto.
Espero que en la siguiente vida te encuentre y que yo no me desespere como lo hice hace cuatro años y no te dejé ir como lo hice hace seis.
Ahora estoy tirado en el piso y sólo trato de entender que yo era inmaduro y no sabía lo que quería.
Cosas contradictorias de este juego: ahora que ya sé lo que quiero, simplemente no estás.
De todo lo demás ya son pequeñas imágenes que no tienen ningún sustento.
Mis ojos fueron a estrellarse con la realidad, otra vez.
Se ven embotados de lágrimas y viejos pensamientos.
Aunque ahora que te miraron, dicen que te ven más hermosa que hace seis años que te encontraron en el zócalo de Puebla, que te ven casi igual de hermosa que hace 18 que te vieron por primera vez en un puesto de comida.
Cada día trato de encontrar un soundtrack en mi vida, cada canción representa algo.
Es por eso que daré un nuevo giro a este blog.
Así como ha dado giros y giros desde su inicio en junio del 2004 hasta la fecha.
Digamos que es la construcciòn de un soundtrack de mi vida que solo sirve para alimentarse de nada, de aire, de humo, de pensamientos, de ideas, de conceptos, de nada, en sí.
Dejaré este espacio que sea tan depresivo, por el momento, porque en momentos lo ha sido, como también ha sido chacotero, cursi, ofensivo, desmadroso, ha sido conservador, liberal, ha sido bueno y sí, lo reconozco, ha sido muy malo.
Ya me harté.

Así que para que vaya de acuerdo con el tema que ahora planteo dejo la letra de Leonard Cohen: The tower of song. Y arriba el video, gracias a la magia de Youtube.

Well my friends are gone and my hair is grey
I ache in the places where I used to play
And I'm crazy for love but I'm not coming on
I'm just paying my rent every day
Oh in the Tower of Song
I said to Hank Williams: how lonely does it get?
Hank Williams hasn't answered yet
But I hear him coughing all night long
A hundred floors above me
In the Tower of Song

I was born like this, I had no choice
I was born with the gift of a golden voice
And twenty-seven angels from the Great Beyond
They tied me to this table right here
In the Tower of Song

So you can stick your little pins in that voodoo doll
I'm very sorry, baby, doesn't look like me at all
I'm standing by the window where the light is strong
Ah they don't let a woman kill you
Not in the Tower of Song

Now you can say that I've grown bitter but of this you may be sure
The rich have got their channels in the bedrooms of the poor
And there's a mighty judgement coming, but I may be wrong
You see, you hear these funny voices
In the Tower of Song

I see you standing on the other side
I don't know how the river got so wide
I loved you baby, way back when
And all the bridges are burning that we might have crossed
But I feel so close to everything that we lost
We'll never have to lose it again

Now I bid you farewell, I don't know when I'll be back
They're moving us tomorrow to that tower down the track
But you'll be hearing from me baby, long after I'm gone
I'll be speaking to you sweetly
From a window in the Tower of Song

Yeah my friends are gone and my hair is grey
I ache in the places where I used to play
And I'm crazy for love but I'm not coming on
I'm just paying my rent every day
Oh in the Tower of Song

viernes, noviembre 21, 2008

El hombre en la Luna

Alguna vez intenté ser el único hombre en la luna.
Alguna vez quise colocar mi bandera en esa piedra blanca.
Alguna vez quise comerme al conejo de la luna.
Alguna vez intenté hurgar por su lado oscuro, aunque, cierto, me dio miedo.
Alguna vez me declaré el hombre de la luna, un lunático, pues.
Alguna vez veía el planeta tirado sobre la luna y sentía que era el hombre más poderoso e invencible y lo era.
Era joven, sentía que debería adorar a ese satélite en el que había encontrado un refugio.
Jugaba pateando piedras, sentía que mi soledad estaba terminada, porque aunque hacía un frío de la patada y la gravedad era cero y por lo tanto yo tenía que brincar casi flotando era un hecho que ese era mi hogar.
Llevaba un traje de astronauta y aunque era difícil comer chilaquiles o ir al baño, no necesitaba más porque ese era mi territorio.
Era invencible.
Fui un iluso, se me acabó el oxígeno, el traje comenzó a romperse, la comida escaseó y tuve que regresar a mi monotonía en la Tierra.
Ahora sólo veo todas las noches a la luna, hasta que caigo dormido.
Sólo veo y pienso que alguna vez intenté ser el único hombre en la Luna.
Y ahora sólo la veo de lejos.
Recuerdo, entonces que alguna vez intenté ser el hombre de la luna.
Alguna vez quise colocar mi bandera en esa piedra blanca.
Alguna vez quise comerme al conejo de la luna.
Alguna vez intenté hurgar por su lado oscuro, aunque, cierto, me dio miedo.





You still me turn me on
EL&P

Do you want to be an angel,

Do you wanna be an angel

Do you wanna be a star

Do you wanna play some magic

On my guitar

Do you wanna be a poet

Do you wanna be my string

You could be anything



Do you wanna be the lover of another undercover

You could even be the

Man on the moon

domingo, noviembre 16, 2008

Romeo y Julieta (versión The Killers)

Hay un lugar para nosotros, ya conoces la canción
¿Cuándo te vas a dar cuenta de
que no era el momento apropiado, Julieta?




Romeo, enfermo de amor, canta una serenata callejera
deprimiendo a todo el mundo con su canción de amor.
Encuentra una farola apropiada, sale de las sombras,
y dice algo así como: "¿Qué hay de nosotros, nena?"
Julieta dice: "¡Ah! ¡Es Romeo!,
casi me matas del susto"
Él, bajo la ventana.
Ella canta "¡Laralá! Mi chico ha vuelto"
No deberías venir por aquí,
despertando a la gente con tus canciones.
De todos modos, ¿qué le vamos a hacer?



"Julieta, los dados estaban trucados desde el principio
y aposté y estallaste en mi corazón
y olvidé, olvidé... la canción de la película.
¿Cuándo te vas a dar cuenta de que, simplemente,
no era el mejor momento? Julieta"
Van por distintas calles,
calles de vergüenza
ambas sucias, ambas vulgares,
y el sueño era el mismo.
Y soñé tu sueño por ti
y ahora tu sueño es real.
¿Cómo me puedes mirar
como si yo fuera uno mas de tus líos?

Puedes ceder por cadenas de plata,
puedes ceder por cadenas de oro,
puedes enamorarte de atractivos desconocidos
y de sus promesas.
Tu me lo prometiste todo,
me prometiste el oro y el moro,
y ahora sólo sueltas: "¿Romeo?
Ah! Sí, tuve una historia con él."
Julieta, cuando hacíamos el amor solías llorar
Te decía: "Te quiero como a las estrellas del firmamento.
Te querré hasta la muerte"
Hay un lugar para nosotros, ya conoces la canción
¿Cuándo te vas a dar cuenta de
que no era el momento apropiado, Julieta?

No se hablar como lo hacen en TV
y no se hacer una canción de amor como se debería hacer.
No lo puedo hacer todo, pero haría cualquier cosa por ti.
No puedo hacer nada excepto estar enamorado de ti.

Todo lo que hago es extrañarte, y a la forma como estabamos juntos.
Todo lo que hago es mantener el latido y las malas compañías.
Todo lo que hago es besarte a través de los versos de un poema.
Julieta, haría las estrellas contigo en cualquier momento.

Julieta, cuando hacíamos el amor solías llorar.
Te decía: "Te quiero como a las estrellas del cielo.
Te querré hasta la muerte"
Hay un lugar para nosotros, ya conoces la canción
¿Cuándo te vas a dar cuenta de
que no era el momento apropiado, Julieta?

Romeo, enfermo de amor, canta una serenata callejera
deprimiendo a todo el mundo con su canción de amor.
Encuentra una farola apropiada, sale de las sombras,
y dice algo así como: "¿Qué hay de nosotros, nena?"

miércoles, noviembre 12, 2008

domingo, noviembre 09, 2008

Lo que hace la parentela

De esos días que no hace uno ni madres, que me encuentro en youtube a Chente Munive, quien sabe este pariente de dónde salió, pero resultó ser todo un artista.
Y la neta ya fui a conseguir música del pariente y no, no la hay.

Ahí les dejo a mi, supongo que ha de ser, tío o primo, vaya ustéd a saber, que canta la canción: Rebequita.
Se ve que lo enamorado viene de familia, verdad.

viernes, noviembre 07, 2008

Thank You

De estos chingonerrimos maestros del metal Thank you. Un rolón como la mayor parte de lo que ellos compusieron

miércoles, noviembre 05, 2008

Se me olvidó que te olvidé

Fue hace casi ocho años cuando la conoció en un bar. Fue hace casi siete cuando en una mañana fría, él le dio un beso.
A los tres meses hicieron el amor por primera vez.
A los seis él se salió de su casa y se fue a vivir con ella. A los ocho ella se regresó a su casa y él se quedó solo.
A los dos años se pelearon.
Y se odiaron mutuamente.
A los tres años se volvieron a encontrar y volvieron a hacer el amor. A los tres años y medio él intentó regresar pero no pudo.
Ella ya no lo quería.
Ambos se volvieron a odiar.
A los cuatro años él salió huyendo.
A los cinco él conoció a otras chicas.
Ella ya tenía novio.
A los seis años ella le escribió a él.
A los siete años él le respondió a ella.
A los siete años y medio, él tomó un café con ella después de tanto tiempo de no verse.

Y sólo ocurrió lo que suele ocurrir en estos casos: nada.

Sólo que él cerró un ciclo y ella también.
Él no volvió a saber de ella, ni ella tampoco de él

Aunque como bien dice la canción, volvió a sangrar la herida

SE ME OLVIDÓ QUE TE OLVIDÉ


Se me olvidó que te olvidé
se me olvidó que te dejó
lejos muy lejos de mi vida

se me olvidó que ya no estás
que ya no me recordarás
y me volvió a sangrar la herida
se me olvidó que te olvidé
y como nunca te lloré
entre las sombras
a escondidas

y la verdad no se por qué
se me olvido que te olvidé
a mi que nada se me olvida

lunes, noviembre 03, 2008

EL PRIMER ANIVERSARIO DE 360 GRADOS



PUBLICADO EN EL PERIÓDICO EL COLUMISTA EL LUNES 3 DE NOVIEMBRE DEL 2008

A partir de este día, la revista 360 grados oficialmente cumple su primer año de vida. La idea, como todas las buenas ideas, surgió en una buena comida, con una buena bebida, y una larga charla.
A partir de ahí, nos vimos en la necesidad de desajustarnos la corbata, arremangarnos la camisa y ponernos a crear.
Han sido muchas cajetillas de cigarros, algunos alcoholes, discusiones y sombrerazos.
No ha sido un reto fácil.
La revista apenas está empezando a caminar, dejó de gatear y ahora empezaremos a correr.
En 360 grados han pasado las mejores plumas de Puebla: Mario Alberto Mejía, Arturo Luna, Arturo Rueda, Xavier Gutiérrez Téllez, Humberto Aguilar Coronado, Raymundo García García, Humberto Vázquez Arroyo, Javier Arellano con temas de automovilismo, Patricio “El pato” Aguilar, “El Yuca” y sus recomendaciones de cine y algunos artículos de uno de los mejores cronistas de Puebla: Urbano De Loya.
Han sido entrevistado políticos como: Rafael Moreno Valle, Francisco Fraile, Javier López Zavala, Alejandro Armenta Mier, Gabriel Hinojosa, Pepe Momoxpan, entre otros tantos.
Erróneamente hay quien piensa que 360 grados es para regresar al mismo punto, por la idea del giro o la vuelta completa.
No.
360 grados es la idea de estar en el centro y tener una percepción basada en todos los puntos de vista que puedan existir. Tratar de entender lo que llamamos realidad con distintas opiniones de la misma.
Hemos sido criticados por algunos números y sabemos que así debe ser. Ninguna revista debe halagar a todos. Ninguna publicación debe estar para el contentillo de todos los ciudadanos. Una revista es antidemocrática por excelencia. Se basa en tendencias. No busca obtener un juego democrático o hacer el juego de lo políticamente correcto. La misión de esta publicación es informar y entretener, que sea leída y no como muchas de sociales que sólo es para ver chicas bonitas y dejarse en el anaquel.
360 grados es para llevarse a su casa.
Decía el editor de Squire España que las mejores revistas son las que se leen en la playa, en la cama o en el baño. Queremos que 360 grados sea una grata compañera para esos tres lugares. Queremos meternos no sólo a las casas sino hasta las camas o, por qué no, hasta el escusado, ahí donde entra uno con su propia soledad y sus veinte mil pensamientos.
Hemos ido de temas políticos como los 50 más poderosos en Puebla hasta un número de modelos o los hombres que tienen estilo en la Angelópolis, pasando por los siete de la tribu: los candidateables y sus grupos políticos que los respaldan.
Hicimos una guía para comer tacos, tortas y cemitas: “Sensacional de taquerías”, y llevamos a los mejores chefs de Puebla.
Se trata de presentar a Puebla y su contexto fuera de las revistas de sociales que abundan en la ciudad. No es que estemos en contra de ellas, para nada. Hay lectores para todo. Se vale sacar fotos y lucirse. Cada quien sus gustos, cada quien sus revistas.
Ya logramos un año pese a todo. Y este día aparece la edición de aniversario.
En este número repetimos, (con nuevos nombres) a los más poderosos en Puebla. Algunos ya no entraron, otros nuevos aparecieron. Se hizo con base en una encuesta que se mandó a través de nuestra página de Internet: www.revista360grados.com.
Ahí los usuarios opinaron quienes para ellos son los que deben aparecer en la lista de los más poderosos. Se evaluó sus niveles de influencia, como políticos, empresarios o qué tanto han colaborado para Puebla. Entendiendo por el poder que no es la imagen del judicial gordo y moreno que se acuesta con travestis y madrea a cuanto canijo se le pone enfrente. O el hijo de papi que llega a los antros a pelearse con los cadeneros y sale fotografiado en su Hi 5 como el niño bien.
No.
Si bien eso es puede ser parte del poder. Eso no fue tomado en cuenta para la encuesta. Eso es poder ranchero y la neta no nos interesa jugar al cacique de Rancho Grande, para eso están otras revistas.
Entre los 50 más poderosos aparecen: aparte de Mario Marín, Enrique Agüera, Blanca Alcalá, empresarios como Gilberto Marín Quintero o personalidades como José Siduahui y Amy Camacho, por ejemplo.
Algunos serán criticables otros no. A lo mejor faltaron, a lo mejor sobraron, pero estos son los que eligió la gente y ahí están para ser evaluados por cada uno de nuestros lectores.
El equipo de 360 grados es amplio, va desde Alejandro Rodríguez, mi socio en la revista y mi compadre , pasando por Isaac Hernández Vázquez, Selene Ríos, Edmundo Velázquez, Karla Espionoza, Yonadab Cabrera, Brahim Zamora, Carlos Rodríguez “El Jimmy”, Yamel Mota. Los diseñadores Raúl y Tere de Target Eye. Andrea y Paola Rojas, Ulises Ruiz y Tere Murillo, con sus excelentes fotografías, David Villanueva Lomelí, Gerardo Yáñez, Rebeca Ransenberg Bada, Danitza Ramírez Valenzuela, Yunuhén Vázquez, Alejandra Navarro, Dora Alfaro y Susele Ortega Lara.
A todos ellos les mandamos un fuerte abrazo y un agradecimiento por apoyar esto que va dejando de ser un proyecto para ser una realidad.
De igual forma les agradecemos a todos los que han colaborado con nosotros en algún número de 360 grados.
Hemos llevado 12 portadas 12.
Hemos llevado a los juniors del sexenio, a los chefs, a Francisco Fraile con los guantes puestos para lo que se ofrezca, a Blanca Alcalá en una de sus mejores fotos en la que demuestra ser la “Princesa del Palacio”, llevamos un especial de sexo basado en una encuesta que nos obsequió la empresa Opina de Rigoberto Benítez sobre las preferencias sexuales de los poblanos y fue tan buena que se agotaron los ejemplares y que se concluyó que Puebla no es tan conservadora como la pintan, al contrario, maneja una hermosa y tradicional doble moral, porque de que a los poblanos les gusta disfrutar la vida, les gusta.
Es así como cumplimos un año y amenazamos con más.
A partir de hoy ya está lista la edición especial de aniversario de 360 grados, prometemos que les va a encantar y aprovechando el espacio que nos da el mismísimo Mario Alberto Mejía en EL COLUMNISTA, no dejamos de meter un pequeño gol por el primer año y por el número de aniversario.

sábado, noviembre 01, 2008



THE ONLY ONE
Oh I love, Oh I love, Oh I love
What you do to my head
When you pull me upstairs
And you push me to bed.
I love what you do to my head.
It’s a mess out there!

Oh I love, oh I love, oh I love
What you do to my heart
When you push me back down
And then pull me apart.
I love what you do to my heart.
It’s the best, oh yeah!

Oh I love, oh I love, oh I love
What you do to my lips
When you suck me inside
And you blow me a kiss.
I love what you do to my lips
It’s so sweet in there.

Oh I love, love, love, love
What you do to my hips
When you blow me outside
And then suck me like this.
I love what you do to my hips
It’s the beat oh yeah!

You’re the only one I cry for
The only one I try to please.
You’re the only one I sigh for
The only one I die to squeeze.
And it gets better everyday, I play
With you it’s such a scream.
Yeah it gets better everyday, I say
With you it’s so extreme.
Yeah it gets wetter everyday, I stay
With you it’s like a dream.

Oh I love, Oh I love, Oh I love
What you do to my skin.
Please slip me on
And slide me in.
I love what you do to my skin
It’s a passion oh yeah.

Oh I love, love, love, love
What you do to my bones
When you slide me up
And take me home.
I love what you do to my bones
It’s the crush oh yeah.

You’re the only one I cry for
The only one I try to please.
You’re the only one I sigh for
The only one I die to squeeze.
And it gets hazier anyway, I sway
With you it’s such a scream
Yeah it gets mazier every play, I say
With you it’s so extreme.
Yeah it gets crazier everyday, I stay
With you it’s like a dream.

Oh I love, oh i love, oh I love
What you do to me.

miércoles, octubre 29, 2008

martes, octubre 28, 2008

lunes, octubre 27, 2008

domingo, octubre 26, 2008

Just like heaven



"Muéstrame como haces ese truco,
El que me hace gritar" ella dijo.
"El que me hace gritar" ella dijo,
Y puso sus brazos alrededor de mi cuello
"Muéstrame cómo lo haces y te prometo,
Te prometo que me escaparé contigo,Me escaparé contigo
(...)

"La luz del día me puso a punto
Debo de haber estado dormido por días
Y moviendo mis labios para respirar su nombre
Abrí mis ojos
Y me encontré solo, solo
Solo sobre un mar de rabia
Que se robó la única chica que amé
Y que la ahogó profundamente dentro de mí.".



"Show me
show me
show me how you do that trick
the one that makes me scream" she said
"The one that makes me laugh" she said
and threw her arms around my neck
"Show me how you do it
and I promise you I promise that
i'll run away with you
i'll run away with you"

Spinning on that dizzy edge
i kissed her face and kissed her head
and dreamed of all the different ways I had
to make her glow
"Why are you so far away?" she said
"Why won't you ever know that I'm in love with you
That I'm in love with you"

You, soft and only
You, lost and lonely
You, strange as angels
Dancing in the deepest oceans
Twisting in the water
You're just like a dream

Daylight licked me into shape
i must have been asleep for days
and moving lips to breathe her name
i opened up my eyes
and found myself alone alone
alone above a raging sea
that stole the only girl I loved
and drowned her deep inside of me

You, soft and only
You, lost and lonely
You
Just like heaven

Algo en memoria de Ibarra Mazari

Apuntes sobre un viejo cabrón (versión corregida)

José Luis Ibarra Mazari era un viejo cabrón.
Cabrón en el estricto sentido de la palabra: agudo, inteligente, sarcástico, criticón, tierno y buen amigo.
Cabrón, pues.
Falleció el miércoles por la noche, víctima de un problema en el corazón. No soportó una operación que le practicaron en el IMSS San José.
El jueves por la mañana, en Radio Oro, escuché a Luis Ochoa decir que el pasado 24 de diciembre le marcó por teléfono y le preguntó cómo estaba. La sorpresa: por primera vez decía que estaba mal, que estaba en el hospital. "Pero no creas que estoy mal por algo de salud. Estoy mal porque me contrataron de Niño Dios como en diez nacimientos y no me dará tiempo de estar en tantos pesebres."
Así se las gastaba el viejo cabrón.
Era un burlón de sí mismo. No le daba pena decir que él era tuerto: "No me pueden decir que soy discapacitado visual. Soy tuerto. No tengo un ojo. No se les dice discapacitados del cerebro ¿o sí?. Se les dice retrasados. Los ciegos son ciegos y los cojos pues..."
A Ibarra lo escuché por primera vez en 1988, yo tendría como 14 años. Comenzó a conducir junto con Fernando Canales y Marco Arturo Mendoza el programa aquel de A Toda Máquina, cuando a Fernando Crisanto lo había censurado el gobierno de Mariano Piña Olaya y había abandonado dicha transmisión.
Ibarra era un tipo genial y el trío aquel era estupendo.
Posteriormente lo escuché con Eduardo Merlo y Horacio Reyba (su sobrino) en un programa que se transmitía en AM, que se llamaba la Gaceta. Eso habrá sido por ahí de 1992 ó1993.
Dice Merlo que cuando echaron a andar ese programa, Enrique Montero Ponce les dijo: "No, no se preocupen. Dos o tres monos los escucharán".
El problema es que éramos como más de tres mil monos que escuchábamos ese programa que se transmitía en la XEZT, 12.50 de Amplitud Modulada.
Y al pobre de Montero lo monitoreaban los monitos de la sala de prensa del Gobierno del estado.
Montero, siendo honestos, qué güeva.
Yo conocí a Ibarra por ahí de 1995, en la cabina de Sí FM.
Llegó como a eso de las nueve de la mañana. Terminaba el programa de Canales.
Canales al verlo le dijo: "Masiosare"(Léase Mazari).
—Quiobo flaco —respondió el viejo, quien prendía uno de sus tradicionales Marlboro rojos.
Se puso a platicar con Minerva Gutiérrez, operadora de la 98.7.
El viejo cabrón hablaba normal, como si estuviera en un programa de radio. Sin ánimo de caer bien, sin presunciones.
Al escuchar su voz, que es inconfundible, volteé a verlo.
El viejo actuó como si nada.
Le pedí un cigarro (maldita costumbre la mía de fumar a las costillas).
Me lo regaló.
Me quedé callado.
Esa costumbre de encontrarse con tus superhéroes radiofónicos.
El viejo cabrón era como Luis Manuel Pelayo a la hora de interpretar a Kalimán. Era un secreto la voz de Kalimán. Siempre te imaginaste a Kalimán del otro lado de las hondas hertzianas, con su capa, con su traje blanco.
Y es que al ver a Ibarra Masiosare (Canales, dixit) te encuentras a un señor ya canoso, con una mirada (digo una porque nada más le servía un ojo) profunda y con una sonrisa similar a la de un chamaco desmadroso.
Tú escuchabas a Ibarra y te imaginabas a Kalimán, pero no era así, Ibarra en la radio era un Kalimán radiofónico, pero nada que ver con la figura aquella de la "Serenidad y paciencia mi querido Solín".
En 1996, meses después de que Canales emigrara a Radio Oro y se conformara aquella aventura noticiosa llamada En Confianza, Ibarra Mazari llegó a la estación.
Antonio Grajales (Amponio Granujales, como lo llamaría el viejo cabrón) lo contrataría por enésima ocasión.
Ocurrencia o golpe de suerte.
Grajales se le ocurrió decir, muy a su estilo: "Ay, mano, Fernandito (Canales), mano. A ver si van tus reporteros (yo entre ellos) a tomar unas clasesitas, mano, porque son medio pendejos para hablar, mano".
Habrá sido por ahí de septiembre del 96, un sábado a las diez de la mañana cuando por primera vez apareció Ibarra Mazari.
Alma, la secretaria de Canales, le sirvió un café horrible que había ahí.
Llevaba bajo el brazo el libro de "El Águila y La Serpiente" de Martín Luis Guzmán.
Y comenzamos a leer el capítulo aquel de la fiesta de las balas.
"Lean en voz alta, chamacos. Aunque vayan a cagar, lean siempre en voz alta".
A Ibarra se le veía entonces con sus lentes, un suéter, algún libro y el periódico La Jornada, al cual le era muy leal. El café ese horrible que preparaban en Oro, también lo acompañaban todos los sábados.
Sus clases de locución, si se les puede llamar así, eran divertidísimas.
Todo el tiempo leyendo o, en su caso, escuchando las anécdotas de el viejo cabrón, acompañado de los cafés de Almita, sus Marlboro rojos y Mauricio, su asistente, un tipo, por cierto, muy simpático.
Ibarra te platicaba que cuando cumplió un año sin beber alcohol, pues fue alcohólico nuestro Kalimán, descubrió en el calendario que ese día se celebraba el día de San Expedito.
Habrán sido ocho o diez meses que escuchamos reír y platicar a Ibarra Mazari. Sus clases eran dos horas de su programa “Ojo al parche”.
Pepe Azpiazu, uno de los mejores locutores de la XECD, dijo en Radio Oro el jueves pasado: “Ibarra llegaba puntual a la radio. Revisaba los periódicos, llevaba algunos recortes y apuntes. Todo eso lo hacía a veces treinta minutos antes de entrar a sus programas. Para Ibarra no había excusas sus programas eran lo más importante.”
A Ibarra no le gustaba que le alabaran su voz: “Mi voz es un don que Dios o un ser supremo o el creador me dio. Pero eso no depende de mi. Yo no engolo la voz, simplemente trato de leer y hablar correctamente”.
Las clases de Ibarra se acabaron por1997. Posteriormente me lo encontraba en La Vaca Negra o en Los Amorosos de la Juárez, o en cualquier café del centro.
Ahí platicábamos largo y tendido.
Yo quedé de regalarle un libro de Enrique Serna: El Seductor de la Patria.
Y ahora que lo recuerdo, siempre me reclamó porque nunca le hablé a su celular y nunca le regalé el libro, ni modo, me comporté como todo un poblano.
No obstante, con Ibarra se platicaba de todo: de música, de historia, de mujeres, de radio, of course de radio.
La última vez que lo vi fue el uno de noviembre, Ibarra tomaba café con Jesús Manuel Hernández. En un Itallian Coffe, que está sobre la 2 Sur atrás de La Catedral.
Lo saludé.
Reímos un poco, como siempre. El viejo cabrón me hizo reír, como siempre.
Nos despedimos con un fuerte abrazo
Muchos diremos que lo conocimos. Muchos presumiremos de sus largas charlas y de que lo escuchamos en no sé cuántas estaciones de radio. Algunos más practicarán aquello que alguna vez escribió Chava Flores: “Cuando vive el infeliz ya que se muera, hoy que ya está en el veliz que bueno era”. No obstante, sus amigos, dijo acertadamente Ricardo Menéndez Escobedo, éramos todos sus radioescuchas. Éramos sus más fieles seguidores.
Muchos asistieron a darle un adiós.
Otros preferimos dedicarle unas líneas a la voz oficial de los comerciales de Casa Rodoreda.
Hasta siempre, don José Luis.
Sus últimas palabras fueron: "Ya mis burros van muy lejos. Voy y vengo."
Voy y vengo.
Hasta siempre.

No acostumbro hacer esto, pero sólo porque lo pidieron lo repito y es que está diciembre del 2004, en los archivos de este blog, perdón a mis visitantes, pero creo que es bueno recordar al viejo cabrón.

Ojalá todo fuera tan sencillo como en 11 y 6

Fito Paez: 11 y 6

En un café, se vieron por casualidad
cansados en el alma de tanto andar,
ella tenía un clavel en la mano.
Él se acercó, le preguntó si andaba bien,
llegaba a la ventana en puntas de pie,
y la llevó a caminar por Corrientes.

Miren todos, ellos solos
pueden más que el amor y son más fuertes que el Olimpo
Se escondieron en el centro y en el baño de un bar,
sellaron todo con un beso.

Durante un mes vendieron rosas en La Paz,
presiento que no importaba nada más
y entre los dos juntaban algo.
No sé por qué, pero jamás los volví a ver.
Él carga con 11 y ella con 6,
y, si reía, le daba la luna.

Miren todos, ellos solos
pueden más que el amor y son más fuertes que el Olimpo
Se escondieron en el centro y en el baño de un bar,
sellaron todo con un beso.


jueves, octubre 23, 2008

Los tres estados ideales del Hombre

Me preguntan constantemente cuáles son los tres estados ideales del Hombre. Decía López Mateos que el estado ideal era ser senador. Se entiende porque desde esa posición había teléfono rojo con el presidente de la República, los gobernadores te rinden pleitesía, vas a los pueblos y te invitan molito, estás en la antesala para ser gobernador de un estado, las edecanes del Congreso de la Unión no sólo te mueven las nalgas sino que hasta te desajustan la corbata.
Bien, yo nunca he sido senador ni lo pienso ser. No me interesa mamar del presupuesto seis años (bueno a lo mejor sí, pero no por el momento). Dejemos entonces que ese es el primer estado ideal del Hombre (con altas para hablar de la humanidad y no del sexo masculino, varón, vulgo macho o lo que es lo mismo no te agaches porque te...).
Existen otros dos estados: el segundo sería estar borracho.
El tercero y ahí lo dejamos porque es ampliamente complicado, incomprensible, cursi, necesario, emocional, melancólico y que no se cura ni con aspirina ni mucho menos con un desenfriolito, es estar enamorado.
Hasta la palabrita cuesta trabajo, hay que reconocerlo en todos aquellos que nos gusta que nos vean como los malos de la película, los hell angels del cuento. No obstante, una frase de Gabriel García Márquez, creo que él la dijo y sino disculpen mi pendejancia, decía que uno se vuelve viejo cuando pierde su capacidad de enamorarse.
No conozco a nadie que no haya estado en este último estado. Hasta el momento no. Conozco a quien no se ha emborrachado alguna vez en su vida, sí, aunque parezca raro, pero sí los hay. Y conozco a muchos que no han sido senadores y qué bueno, no me imagino a mi mamá desde la tribuna del Congreso de la Unión.
Por qué el segundo es estar borracho se preguntarán: bueno, porque se siente poca madre, la mayoría de las veces y sí eso se quita con el tiempo. Lo peor que puede pasar es que acabes en AA o en alguna congregación cristiana en donde le pidas perdón a Dios y recuperes tu vida.
El tercero no se quita porque un amor es como la buena poesía, no se olvida, simplemennte se abandona. De todas maneras duele. Y eso ocurre, dadas las circunstancias y lo que provoca el tercer estado del hombre es mejor dejarlo ahí, no tocarlo mucho, no jugar con él, porque además nadie te entiende, nadie. Buscas respuestas y ni madres, quedas como un personaje débil ante la mayor parte de la gente cuando juegas con esto y buscas respuestas que jamás vas a poder encontrar. Es una puta sensación de morir por dentro, se vuelve una carrera de resistencia, no de poder, como muchos lo tendrían catalogado, es de resistencia. Así como el periodismo. Gana el que aguante más, gana aquel que no abra su juego, gana aquel que demuestre estar bien, aunque por dentro no lo esté. Gana el que tiene estrategia, gana el mayor, el mayor hijo de la chingada, como le dirían a David Reynoso en la película Viento Negro.
Así pues que debemos los seres humanos aprender a vivir con esos tres estados ideales porque si bien el primero es inalcanzable, los otros dos siempre están al alcance de la mano y son fáciles de llamar.
Aquel que diga que no se ha enamorado, perdónenme pero es un cretino o de plano está muerto. Y aquel que diga que no se ha empedado, pues muy su gusto y no sabe lo que se pierde.

Ahí les dejo una versión de Muse, recomendada por mi amigo Mundo y basada en la viejísima canción I'm Feeling Good que era interpretada maravillosamente por Nina Simone.




lunes, octubre 13, 2008

Everything Will Be Alright



I believe in you and me
I'm coming to find you
If it takes me all night
Wrong until make it right
And I won't forget you
At least I'll try
And run, and run tonight
Everything will be alright
Everything will be alright
Everything will be alright
Everything will be alright

I was out shopping for a doll

To say the least, I thought
I've seen them all
But then you took me by surprise
I'm dreaming bout those dreamy eyes
I never knew, I never knew
So take your suitcase, cause I don't mind
And baby doll, I meant it ever time
You don't need to compromise
I'm dreaming bout those dreamy eyes
I never knew, I never knew
But it's alright...

Everything will be alright
Everything will be alright
Everything will be alright
Everything will be alright

domingo, octubre 12, 2008

Persépolis (alguien debería decirles)

Es cierto que no hay que darles margaritas a los cerdos, pero alguien debería decirles a las compañías que las películas buenas deben de durar más de una semana, que se les debe hacer una promoción y que si el público poblano aún así prefiere seguir viendo bodrios en donde salen coches chingones, viejas bien buenas y güeyes mamados es su pedo.

Habemos algunos que exigimos que las películas duren más tiempo porque sino no las podemos recomendar y por eso la piratería se incrementa, ya que a veces una buena película sólo se consigue por ese medio. Así que Cinépolis, Cinemark, Cinemex abran sus ojos.

Bueno, si es que algún distraído anda por acá, no duden ni tantito en ir a ver Persépolis. Yo la he visto dos veces y si me animo iré una tercera.

Aquí les dejo el trailer de la película. Está demás decir que es buenísima... Sé por qué la recomiendo. Y sino, consíganla en pirata que creo que ya existe.

viernes, octubre 10, 2008

Any fool knows, a dog needs a home

Y cualquier tonto sabe que un perro necesita un hogar

Love will tear us apart

Sol de otoño

El centro de la ciudad sigue oliendo a lo mismo: a mierda.

Camino por la 16 de Septiembre y 7 Poniente. Doy vuelta hacia los cines. Veo una pareja. El tipo medio mugroso la abraza a ella. Ella, guapa, con los cabellos de colores, buen cuerpo, muy buen cuerpo le sonríe y le da un beso. Recuerdo una escena de hace años cuando vi Memento, en esos mismos cines: Salíamos tomados de la mano. Caminábamos hacia La Catedral, nos sentamos de hecho en el atrio y, de pronto, te me quedaste mirando de una manera rara. Abriste los ojos y me gritaste: "¡No me mires así!".

Fue en el 2002, lo recuerdo bien. Te fuiste y desapareciste. No llegaste a casa. Yo me embriagué esa noche con el Huachi y el Negro. Volví a saber de ti al otro día que cenamos en El Café Plaza de la Avenida Juárez y 25 Sur (ya desapareció, ahora es un restaurante de carnes como los que abundan en esa calle).
Creo que ahí comenzó la fractura.

Sigo caminando y de pronto me llega un olor a un perfume barato. Veo a unos mocosos que se besan. Las calles del centro parecen antros de Cholula: la misma fiesta pero con diferentes borrachos

La Catedral es la misma, las señoras que gritan "¡borrachitos!" o los productos para los "cayos para los mezquinos" o "Le nace le crece el cabello", sin olvidar el sonido de los despertadores. Los globeros, los pordioseros que apestan a madres y son parte de este escenario en donde huele a mierda.

El cielo es el único que cambia. El cielo en otoño es lo más hermoso que se puede admirar.
Octubre (pasando las últimas lluvias) y noviembre, el sol y el cielo cambia completamente a diferencia de todo el año. La Avenida Juárez a las siete de la noche se vuelve tétrica, la luz se empieza a esconder para dar paso a la oscuridad. El viento arrecia. Todo se muere por un instante. Es como si en un segundo se parara todo. El chillido de unos pájaros negros controlan la escena. Y como si imaginariamente hubiera un tronar de dedos, todo regresa a la normalidad: los putos salen al Paseo Bravo. Los escritores poblanos se van a Profética a tomar café. Los juniors van a los gimnasios a lucir las nalgas. Los niños usan aún sus uniformes escolares.

En el centro, los politiquillos de medio pelo toman café en el Italian que está en la Juan de Palafox y el Portal Morelos. En el Vitorio's hay unos extranjeros comiendo Pizzas. En las esquinas los papeleros con sus mismos discursos. A unos pasos El Sol de Puebla.

Y el centro de la ciudad sigue oliendo a lo mismo: a mierda.

jueves, octubre 09, 2008

I'got soul, but i'm not a soldier

THE KILLERS
All These Things That I've Done



Cuando no hay ningún otro lugar mas para correr
¿Hay una habitación para un hijo más?
Un hijo más,
Si puedes aguantar, Si puedes aguantar, aguanta

Quiero levantarme, quiero irme
Sabes, sabes- no, no lo sabes!
Quiero brillar en el corazón del hombre
Quiero un significado desde la palma de mi mano rota

Otro dolor de cabeza, otro corazón roto
Soy tan viejo que no puedo resistir
Y mi cariño, bueno viene y se va
Necesito la dirección a la perfección no, no, no, no

Ayúdame
Sí, sabes que tienes que ayudarme
Sí, oh! no me dejes para más tarde
Sabes que tienes que ayudarme

Y cuando no hay ningún otro lugar más para correr
¿Hay una habitación para un hijo más?
Estos cambios no están cambiándome
Al chico de corazón-frío que solía ser

Sí, sabes que tienes que ayudarme
Sí, oh! no me dejes para mas tarde
Sabes que tienes que ayudarme
Vas a desanimarte tú mismo
Sí, vas a desanimarte tú mismo…

Tengo alma pero no soy un soldado…

Sí, tu tienes que ayudarme
Sí, no me dejes para más tarde
Sabes que tienes que ayudarme
Vas a desanimarte tú mismo…
Sí, oh! no me dejes para más tarde
Sí, vas a desanimarte tú mismo

Cambio y fuera, la última llamada para el pecado
Mientras todos están perdidos, la batalla se ha ganando
Con todas esas cosas que he hecho
Todas las cosas que he hecho
Si puedes aguantar... Si puedes aguantar...

miércoles, octubre 08, 2008

una de mis debilidades

Sí, lo confieso: me gusta como canta el tal Víctor Manuel San José.
Sí, ya sé, que cómo yo que le pego al jevy mezcal y a demás chuladas como el progresivo, que el maicol petruchi y su chiflosca mosca.

Ni modo, son mis debilidades y lo admito.

Seamus

martes, octubre 07, 2008

A dónde van

Los manteles son para ensuciarse.
Las camas para destenderse.
Los zapatos para desgastarlos hasta que parezcan hojas de tamal y se llenen de hoyos.
Los calzoncillos son para mancharlos.
Los baberos para llenarlos de babas y mocos.
Los pañuelos para echarlos a perder.

¿Y yo?



Tomado del yutub. Parece manual de Guitarra fácil, pero es que no encontré uno mejor. Y como me lo estoy fusilando, no queda de otra más que hacer de tripas corazón. Ora que la letra es muy buena. Yo no soy muy fan de la trova, pero hay cosas que valen la pena escucharlas. Hace años, unos seis, sino mal recuerdo o quizá un poco más, le regalé este disco a una señorita que se autodenomina Luna. En fin, escuchen la rolita, ta chida, ta chida.

lunes, octubre 06, 2008

Los días más felices de nuestras vidas

"Mira, te presento a mi hermana", me dijo José Miel.
—Ah, hola.
—Gabriela… Zeus… Zeus… Gabriela.
—Ah, tú eres Zeus.
—…
— Yo a ti te conozco.
—Ah, sí, y... ¿ bien o mal?
—Mal.
—Ah chingao, —dije sorprendido, mientras se me regaba el vasito de güisqui sobre un blazer negro que portaba, —¿Y qué hice para que me recuerdes así?, —rematé.
—Hace años, cuando se llevó a cabo un concurso del Instituto Poblano de la Mujer sobre periodismo. Yo te conté cómo se calificaba el material fotográfico de los concursantes. Te dije que había chanchullo. Estabas con Luis Diego. Y había unos reporteritos ahí. Lo publicaste. La vieja esa que era la presidenta de la AMPEP me veía refeo.
—Pero yo nunca revelé la fuente. Nunca dije que tú me dijiste.
—No era necesario. La vieja esa sabía que yo sabía demasiado, pero ya me vale madres. Pinche vieja loca.
—Un favor, ya no digas reporteritos, porque eso duele. Está bien que seamos raquíticos, pero no les llames así.
Gabriela sonrió y levantó su vaso de vodka con tónic y se fue a bailar una canción de cumbia que sonaba por los terribles años ochenta.
Era un antro raro. Extraño. Había puro jipi de la UDLA, hijos de papi, y muchachos mugrosos que tomaban cerveza. Yo tenía un vaso de etiqueta roja con agua mineral.
Le dije a José Miel (es idéntico al de la caricatura) que mejor fuéramos a escuchar un rock and roll, en vez de estar oyendo al “Negro José”.
—¿Pero dónde?
—Estamos en Cholula, cualquier lugar es bueno. Chingue su madre.
José Miel le daba un beso a su novia. Bueno, en términos reales era como el quinto porque ambos estaban muy melosos, parecían parejitas de secundaria.
Caminamos por las calles de Cholula hasta llegar a un lugar llamado el Red. Yo hice referencia a una película mexicana “Llámenme Maik”.
Gabriela de forma autoritaria comenzó a pedir por todos. A mi, sin quererlo, un etiqueta negra en ol fashon. Y comenzó la feria de los chupes, el alcohol y no sé qué madres más.
—Cuando uno dice “¡Hola!”, quiere decir “¡Hola!”, porque los hombres son tan pendejos que cuando dicen hola, piensan que uno quiere decir hola.
—A ver, a ver. ¿Cómo? Cuando dicen ¡Hola! Y hola. ¿Pos qué no es lo mismo?
—No, no, no. Ya ves. Son muy pendejos. No es lo mismo ¡Hola!, que hola.
—¿Y qué quiere decir ¡Hola!?
—Pues es que es con un tono de timbre que va desde la parte baja del ombligo hasta la boca. ¿Me entiendes? Y cuando uno dice ¡Hola! Es eso. Uno le manda un mensaje al hombre.
—Ah, chingá, chingá. Y entonces, cuando quieres decir “Pos, quiobo”, ¿cómo lo dices?
—Ay, hombres. Ven. Préndeme el cigarro.
—Oye, tu hermano se parece a José Miel.
—Ay no mames, es igualito. Ja,ja,ja. Hey, José Miel, ¿dónde dejaste a la ranita de metal?
Los alcoholes siguieron llegando a la mesa en la que estaba sentado. Ella hablaba de Duvay donde reside actualmente con su novio. Seguía con las disertaciones sobre los “Holas” y los holas. Yo seguía defendiendo la película Llámenme Maik, aunque en ese momento no recordaba el nombre del director.
—Oye, y... ¿ eres casado? —preguntó de forma morbosa.
—Lo que diga mi dedito, —mi dedito decía que no con una seña. Yo puse una mirada a la Mauricio Garcés.
—Eres gay.
—De los pies, a veces.
—No, ya en serio ¿eres gay?
—A los hombres no los rozo ni con el pétalo de una rosa, no me chingues.
—¿Y cuántos años tienes?
Con mi mano hacía la seña de tres y un cuatro. Para dar a entender que treinta y cuatro.
—42, estás reviejo.
—Ora qué: primero soy puto y luego anciano, pues qué de plano me veo tan jodido.
—Algo así. No te fue bien a los 41. Te cogieron y luego te arrugaste, ni modo manito.
Yo ponía cara de tristeza ante tal comentario. La novia de José Miel me daba un golpe y me decía “te está jodiendo”.
—Es que yo sí me acuerdo de ella. Fue hace como seis años, en el zócalo. Estábamos jugando a las ironías.
—Te gustó, verdad
—Em… este…nop.
La novia de José Miel comenzó a reír.
La borrachera siguió y Gabriela intentó colarse a una fiesta reiv en donde apestaba a mota y a pachuli.
Quién sabe cómo le hizo pero la entrada costó 150 pesos por cinco gatos y le regalaron una chela.
—Vámonos por un mariachi, unas chelas, una birria y ya chingamos, —propuse, pues ya me había salido el espíritu de nacionalista revolucionario que todos llevamos dentro.
—Ay mi rey, pero como a las siete, porque orita nos vamos a seguir poniendo pedos.
Eran ya las tres de la mañana y entramos a un terreno lleno de grava. Vendían cerveza al por mayor. Había tres pantallas y la música era electrónica. Un tipo bailaba como si estuviera poseido por el mismísimo demonio. Tenía los ojos rojos. Estaba en un ambiente de vudús, de brujería africana, haitiana, pero en vez de gente de color estos eran niños güeros e hijos de papi.
La música era insoportable.
Tenía ganas de mear pero había unos sanirent que apestaban a madres y había una larga fila para depositar la cerveza destilada. Yo me fui a la parte de atrás del baño portátil. Ahí había muchos borrachos que meaban como si apagaran un incendio. Yo hice lo propio hasta que un borracho comenzó a regarme los pies.
—Ora güey, —le dije encabronado.
—Yo orita pago los diez pesos de la miada, y te invito la tuya.
—¡Me measte los zapatos, cabrón!
—Pero son líquidos divinos, hermano.
—Chinga tu madre!
Y el tipo que traía tachas encima comenzó a tararear una canción como si nada hubiera pasado.
Yo regresé molesto.
—Ay Zeus, pensé que ya te habías ido. Baila, baila, —me ordenó Gabriela
—No me gusta lo electrónico.
—Pero si estás bien joven.
—Pos aquí me siento viejo. Vámonos a donde haya música ranchera y chingue su madre: una birria, unas chelas y unas viejitas apestosas que nos preparen de comer.
—Ay mi rey, pero como que más tarde. Esto apenas empieza.
Yo me movía de manera arrítmica.
Pensaba: “Ya llevamos una hora aquí y esto apenas comienza. Ya me orinaron los pinches zapatos y esto apenas empieza”.
—Orita vengo, —dije.
—¿A dónde vas?, —preguntó Gabriela
-Em… pues al baño…—dije.
-No, a mi no me haces pendeja, tú te quieres ir. Ya me sé el secreto de los cigarros. Baila —ordenó Gabriela
La fiesta siguió y yo ya estaba harto.
No me podía ir.
No me dejaba.
De pronto ella se subió a una mesa y de ahí se colgó en un tubo con los dos brazos. Era mi oportunidad. Escapar del mundanal ruido, del olor a mota a orines, a pachuli que detesto.
Comencé a caminar rápido.
Sólo alcancé a oír a José Miel que preguntó espantado:
“No mames, ¿esa de ahí es mi hermana?”. Y vi de reojo cómo es que unos borrachos se caían en repetidas ocasiones al intentar ayudarla a bajarse del tubo en donde estaba colgada.
Salí corriendo. Llegué a mi carro y ya no tenía un espejo y una llanta.
Me senté en la banqueta ebrio pensando: “Ahorita me estaría comiendo una birria y escuchando a un pinche mariachi. Me lleva la chingada”.
Otra vez, estaba solo.
Solo otra vez, como los días más felices de nuestras vidas.
Y los zapatos apestaban a meados.


sábado, octubre 04, 2008

Era el día D ( Te vi, un vestido y un amor)

El 6 de junio de 1944, los gringos desembarcaron en Normandía. Le llamaron el día "D". Fue el inicio del término de la segunda guerra mundial. 64 años después. En un salón enorme del Centro de Convenciones yo te vi.
En los años cuarenta gobernaba Manuel Ávila Camacho y ahora un pelele llamado Felipe Calderón. En Puebla, Gonzálo Bautista Castillo y ahora un "precioso" llamado Marín.
En los años 40 era una fábrica textil, ahora es un salón enorme en donde se acostumbran los banquetes de dicho lugar en donde te vi.
En los años 40, William O. Jenkins era un malechor, amigo y socio de los Ávila Camacho, asesino de campesinos en la región de Atencingo (donde está el ingenio), ahora es un benefactor de la sociedad poblana, pues su fundación administra la UDLA y los clubes Alpha.
Hace 64 años no sé dónde diablos andaba. Si era solo un ente etéreo o algo más. Hace cuatro meses yo simplemente te vi.
El mismo día "D", ese día yo no buscaba a nadie y te vi.

Un vestido y un amor
Fito Páez.




Te vi
juntabas margaritas del mantel

ya sé que te traté bastante mal
no sé si eras un ángel o un rubí
o simplemente te vi

te vi
saliste entre la gente a saludar
los astros se rieron otra vez
la llave de Mandala se quebró
o simplemente te vi

todo lo que diga está de más
las luces siempre encienden en el alma
y cuando me pierdo en la ciudad
vos ya sabes comprender
es solo un rato no más
tendría que llorar o salir a matar
te vi, te vi, te vi
yo no buscaba a nadie y te vi

te vi
fumabas unos chinos en Madrid
hay cosas que te ayudan a vivir
no hacías otra cosa que escribir
y yo simplemente te vi

me fui
me voy de vez en cuando a algún lugar
ya sé, no te hace gracia este país
tenías un vestido y un amor
y yo simplemente te vi

Algo de Silvio Rodríguez

Estoy buscando una palabra
en el umbral de tu misterio.
¿Quién fuera Alí Ba-ba?
¿Quién fuera el mítico Simbad?
¿Quién fuera un poderoso sortilegio?
¿Quién fuera encantador?

Estoy buscando una escafandra,
al pie del mar de los delirios.
¿Quién fuera Jacques Custeau?
¿Quién fuera Nemo el capitán?
¿Quién fuera el batiscafo de tu abismo?
¿Quién fuera explorador?

Corazón obscuro,
corazón con muros
corazón que se esconde,
corazón que está donde,
corazón en fuga,
herido de dudas de amor.

Estoy buscando melodía
para tener como llamarte
¿Quién fuera ruiseñor?
¿Quién fuera Lennon y McCartney,
Sindo Garay, Violeta, Chico Buarque?
¿Quién fuera tu trovador?

Corazón obscuro,
corazón con muros
corazón que se esconde,
corazón que está donde,
corazón en fuga,
herido de dudas de amor.




martes, septiembre 30, 2008

Esa maldita costumbre

Es la mañana. Me siento en mi cama. Veo mis piernas. A duras penas me baño y desayuno algo ligero por la dieta en la que ya he perdido más de diez kilos. Trato de no pensar en ti pensando en ti.
Salgo a la calle, nuevamente busco tu camioneta en miles de camionetas similares que rolan por Puebla. Obviamente ninguna es la tuya.
Me vuelvo un mal espía. Me veo a mi mismo con un periódico a la altura de mis ojos buscando los tuyos.
Como mi vista es muy mala, necesito lentes, pienso haberte encontrado en cualquier parte de la Angelópolis, pero no. Trato de no pensar en ti pensando en ti.

Al llegar a donde trabajo comienzan las bromas, los chistes, los chismes sobre tal o cual persona. Un día muy ordinario. De pronto yo pierdo la atención en lo que los demás hablan y me encuentro pensando en ti. Recordándo algo, diciendo algo. Después reacciono y regreso a la charla. Comienzo a escribir mis encargos. Prendo un cigarro. Recuerdo que regresé a fumar por un momento de debilidad ante tus ojos que provocaron que perdiera el estilo y las formas. Voy a comer. Las charlas siguen siendo iguales. Hay mujeres en el restaurante. Todos los de la mesa las vemos y comentamos sobre sus cuerpos. De pronto mi socio me da un golpe en la cabeza "pero es que este güey siempre se enamora", dice y ríe. Los demás también ríen como si lo mío fuera algo muy infantil. Yo de pronto me sobo, río como cómplice y en señal de "mirenme soy medio pendejo", en ese momento no sé cómo es que ya estoy pensando en ti. Y no se me ocurre nada para llamarte, para hablarte. Me siento idiota tratando de sonreírles a los demás cuando en el fondo siento un vacío interno, después de que una imagen tuya aparece inmediatamente frente a mi. Cómo mandarte flores en ese instante porque no sé tu dirección, sé dónde estudias y dónde tienes un negocio, pero no sé cómo hacerle en ese momento.
Cómo gritarte lo que siento por ti en ese instante. Cómo despedirme de esta comida con políticos hijos de puta que lo único que piensan es cómo chingarse la lana y cogerse a sus secretarias, aunque de pronto se pongan moralistas. Cómo levantarme y mentarles su madre y decir que voy en busca de ti, que me perdonen pero me es más importante ir en busca de una mujer que estar escuchando pendejadas que son de todos los días.
Termino un poco ebrio. Mis sentimientos acompañados de pensamientos se vuelven desbordantes. Pienso en ti.

Hago ejercicio. 45 minutos. No puedo más por mis problemas de presión alta. Entro al vapor. Salgo bañado y regreso al internet en mi casa. Sigo pensando en ti. Veo mi celular quiero mandarte un mensaje. Serán como las once de la noche. Ya es tarde pienso. Más tarde me acuesto a dormir. Me quemo por dentro, como diría Luis Eduardo Aute. Beso mi almohada pensando que eres tú, muerdo mis cobijas.Doy vueltas y vueltas. Digo en voz alta tu nombre. Golpeo mi colchón molesto porque no estás conmigo y porque me imagino a veinte mil pendejos cortejándote y mientras yo sigo con mi vida ordinaria. Escucho música. Todo tiene que ver contigo. Si voy al cine también. Si tomo un café igual, si camino en la calle, si veo coches, si veo gatos recuerdo tu gusto por los felinos, si veo una comida recuerdo el sambuca negro. Si subo a un elevador huelo tu perfume.
Puta madre!
No estás ahí. Y todo el mugroso tiempo de mi existencia debe tener relación contigo. Y ya vez no he perdido el gusto de pensar en ti.
No he perdido esa maldita costumbre de estar pensando en ti.

sábado, septiembre 27, 2008

Sólo tengo un par de dos + (Sozhino)

Contigo no tengo estrategias. Contigo no me salen los planes. Simplemente no me salen las jugadas. En la mesa puse un par de dos y aposté todo. Me quedé sin fichas. Sin saber cómo abrí mi juego de manera egoista. Descubrí el misterio. No sé cómo es que sucedió. No lo tenía planeado. Simplemente salió.
Yo esperaba tener en mis manos un pocar de ases o una flor imperial, un full de reyes con reinas, pero no, en las manos sólo había un simple par de dos. Y abrí mi jugada.
Yo quisiera tener la estrategia ideal para ganar la jugada, saber calcular las miradas, ver los estados de ánimo del contrincante, respirar sin que se noten mis movimientos y mis nervios, pero debajo de la manga sólo había un tres y un cinco de diferente figura, los ases los había perdido en quién sabe qué parte.
En la mesa sólo había un par de dos.
La casa gana. Y yo esperaba matar cualquier jugada, pero contigo no tengo estrategia, me pongo transparente, abro mi juego sin pensar. A ti no puedo engañarte, no puedo presentarme como un tahúr de Las Vegas: tan sólo me puse nervioso, me puse pálido con un pequeño par de dos.
Y es que cuando estás ausente son miles de pensamientos los que me invaden. Los diálogos entre uno y otro, pienso cómo ganar la jugada, me imagino a mi mismo con la sonrisa de un gángster después de haber controlado la situación, pero cuando estoy frente a ti me invade una sonrisa, me mata la ternura, me haces sentir tan joven, tan chamaco, se me acaban los pensamientos, regreso a mi origen, juego como un novato, toda la experiencia se va al basurero de cualquier casino y dejo, sin pensar, que ganes la partida.
Cuando me di cuenta sólo abrí mi juego y en la mesa había un par de dos. Pedía tiempo para explicar por qué esa jugada, gritaba por dentro que se parara el reloj, que regresara unas horas antes. Era imposible. Abrí la jugada. Me di dos golpes en la cabeza al darme cuenta que ya no podía pedir más cartas y que ya había mostrado mi mejor jugada: un par de dos.
Pero cómo iba a ser todo eso posible cuando te vi ahí y tus ojos me hipnotizaban. Y eran ellos los que sin quererlo me obligaron a levantar las cartas y extenderlas y mostrar ese pequeño par de dos. Las demás barajas no servían: un joto, una reina y un seis.
Ahí pongo pues mi par de dos: uno de corazones y el otro de espadas.
Contigo no tengo estrategias. Soy tan transparente, tan cursi, tan enternecido por tus ojos y tu sonrisa. Me queda claro que a ti no puedo engañarte ni aún con la verdad.

"No soy ni quiero ser tu dueño
"Es que un cariño a veces viene bien
"Tengo mis secretos y mis planes...secretos
"Solo los abro para ti y para nadie más
"¿por qué me olvidas y por qué me sumas?
(...)
¿por qué me dejas tan solo?
"por qué no me sigues el rastro
"Me estoy sintiendo muy solito.
(...)
¿Donde estás ahora?"

Caetano Veloso "Sozhino" (Solito)

sábado, septiembre 13, 2008

Admisión

El que esto escribe admite que siempre ha tenido prejuicios.
Que cuando andaba por los 20 años y estaba de moda la llamada trova, le incomodaba sobre todo porque hasta los panistas la cantaban en los antros que estaban en la avenida Juárez, pero como son unos persignados, se hacían pendejos cuando hablaban de sexo y penetración.
Que había un programa que se llamaba Cantares y que Alejandro Ramírez -el locutor- ponía canciones de Sabina y de Aute y las mezclaba con el aburrido de Alejandro Filio.
Que existían antros en la ciudad de Puebla en los cuáles se sentían intelectuales quienes interpretaban las canciones de Silvio y Pablo.
Que no eran ni son intelectuales por tocar una guitrarra, usar lentes redondos, no bañarse en tres días y fumar delicados sin filtro. Eso se llama ser cochino, estar ciego y que en la secundaria tocaron en una rondalla.
Que era lo que estaba inn en ese momento.
Que tenía prejuicios.
Que me arrepiento porque hasta apenas estoy descubriendo cosas muy bellas como las canciones de Sabina.
Que nunca es tarde para que se nos quite lo pendejos.
Que de todas maneras les miento la madre a los que se dicen intelectuales, no se bañan y usan lentes redondos.
Que aún Filio sigue siendo aburrido.
Que la letra que pongo a continuación es buení-sima.
Que el video de youtube, no tanto, aunque las nalgas de Kim Basinger sí y que no sé si así se escribe su apellido.
Que ya me voy, que ahí nos vemos y que esta letra viene en mentiras piadosas y que ojalá mi amiga Exi la recuerde bien, aunque no sé si aún visita este blog.
Que bye.



Y Si Amanece Por Fin
Joaquin Sabina



Y si amanece por fin
y el Sol incendia el capó de los coches
baja las persianas;
de ti depende y de mí
que entre los dos siga siendo ayer noche

lunes, septiembre 08, 2008

The Story

Esta rola me la recomendó mi amigo el Jimmy.

Es buenísima,chéquenla. Más allá del tono romántico hay dos partes que me parecen las claves de la letra:

"Ves la sonrisa que hay en mi boca
"Esconde las palabras que no salen
"Y todos mis amigos que piensan que soy tan afortunado
"Ellos no saben que mi cabeza es un caos
"No, ellos no saben quién realmente soy"

"Todas estas líneas que cruzan mi cara
"Te cuentan la historia de quién soy
"Tantas historias de donde he estado
"Y cómo llegué adonde estoy
"Pero estas historias no significan nada
"Cuando no tienes nadie a quién contárselas"

The Blower's Daughter

Y así es
justo como dijiste que podría ser
la vida sigue fácil para mí
la mayor parte del tiempo.
Y así es
la historia más corta
sin amor, sin gloria
sin un héroe en su cielo.

No puedo quitar mis ojos de ti
No puedo quitar mis ojos de ti
No puedo quitar mis ojos de ti
No puedo quitar mis ojos de ti
No puedo quitar mis ojos de ti
No puedo quitar mis ojos...


Y así es
justo como dijiste que debía ser
ambos olvidaremos la brisa
la mayor parte del tiempo.
Y así es
el agua más helada
la hija del agresor,
la pupila en la negación.

No puedo quitar mis ojos de ti
No puedo quitar mis ojos de ti
No puedo quitar mis ojos de ti
No puedo quitar mis ojos de ti
No puedo quitar mis ojos de ti
No puedo quitar mis ojos...


Dije que te aborresco?
Dije que quiero dejar todo esto atrás?

No puedo quitar mi mente de ti
No puedo quitar mi mente de ti
No puedo quitar mi mente de ti
No puedo quitar mi mente de ti
No puedo quitar mi mente de ti
No puedo quitar mi mente...

Mi mente...mi mente...

Hasta que encuentre a alguien.




O si la quieren escuchar en portugués, aún está mejor:

sábado, septiembre 06, 2008

No hay nostalgia peor
que añorar lo que nunca jamás sucedió
(...)

Y al llegar a la Plaza de Mayo me dió
por llorar y me puse a gritar dónde estás

jueves, septiembre 04, 2008

"Ni hablar mujer, trais puñal"

Cursi.

Según la real academia de la lengua esto significa:
1. adj. Se dice de un artista o de un escritor, o de sus obras, cuando en vano pretenden mostrar refinamiento expresivo o sentimientos elevados. 2. adj. coloq. Dicho de una persona: Que presume de fina y elegante sin serlo. U. t. c. s. 3. adj. coloq. Dicho de una cosa: Que, con apariencia de elegancia o riqueza, es ridícula y de mal gusto.

Alguien alguna vez me dijo que cursi es todo aquello que no llega a suceder y por ello se vuelve cursi.

No lo sé, lo que sí me queda claro es que todo mundo tenemos momentos así: cursis, rosas.

Idealizamos tanto que se vuelve exagerado lo que pensamos. Cuando uno relee sus viejos textos sobre lo que sentía respecto a la chamaca en turno, internamente uno se sonroja y dice en voz baja "ay, que pinche cursi". Pero en el momento en el que lo escribes para ti es lo más sublime y chingón que pudiste haber hecho. Y es que en ese momento, para ti, la chamaca en turno es la más sublime y chingona vieja que existe.
Tiempo después, cuando ya pasó la locura, te la encuentras y pueden pasar varios pensamientos: "Ay en la madre", "qué pendejo fui", "de la que me salvé" o un escueto "chale".

Ahora bien, yo sé que ando un poco cursi en estos últimos días. Y es que como les dije uno piensa en lo sublime y lo exagerado.
"Ni hablar mujer trais puñal" (Torito, dixit).

Y recuerdo una escena fenomenal en la película Hell boy II The golden army: Red (hell boy) se topa con Abe quien escucha una canción de Barry Manilow (más cursi no pudiera ser)porque Abe anda enamorado de la muchacha chicha. Abe trata de esconder el disco de las cien mejores canciones de amor y dice que está escuchando a Vivaldi. La escena en si es buenísima porque todos tenemos esa parte rosa y mamilona. Y siempre en nuestras colecciones debemos tener una cancioncilla ahí que nos llega. Yo, por ejemplo, tengo un disco de Carlos Lico en donde canta: "No", de Armando Manzanero.

En fin, sé que ando cursi y no es justificación.

"Ni hablar mujer, trais puñal".


martes, septiembre 02, 2008

Cualquier pretexto es bueno

Abro los ojos después de haberme revolcado en las cobijas. El sol no sale aún. Se ve que pronto amanecerá. Me pregunto dónde diablos andas y si es que por algo o por alguna extraña razón te acordaste de mi.
Me baño y miro el jabón, creo en mi mente ilusiones y me pregunto si es que hoy irás a clases o si es que te encontraré en algún lado como alguna vez ha llegado a ocurrir. Me topo con mis libros. No sé a ciencia cierta si es que has leído lo que te he recomendado.
Arranco mi coche y busco tu auto por todos lados. Cuando encuentro uno parecido me acerco para saber si es que tú lo conduces, pero por alguna extraña razón me doy cuenta que no recuerdo el color ni las placas de tu auto ni la marca, ni nada. Sigo de frente.
Camino en la Avenida Juárez. Busco tus pasos. Veo cabelleras y trato de alejarme un poco para no ser imprudente, pero ni ahí estás.
Sigo de frente. Miro el cielo y pregunto si es que disfrutas tanto el cielo como yo lo disfruto.
Estoy tomando con mis cuates. Alguien dice algo. Yo de inmediato hago un flashback y me recuerdo al momento en el que comimos o tomamos café.
Compro un disco. Lo escucho. Trato de encontrarle un significado o un parecido contigo. Escribo en mi blog a sabiendas que jamás lo vas a leer y por eso me atrevo a teclear lo que se me venga en gana.
Escribo. ¿Escribo? Bueno, golpeo las teclas de esta vieja computadora que compré hace años, mientras como un poco de atún.
Duermo, sueño, despierto y siempre que veo hacia el techo me pregunto cómo estarás, dónde estarás, en qué chingaos estarás pensando.
Hago un poco de ejercicio. Veo unos monitores colgados en la pared y me pregunto si es que has ido a tus clases de danza que habías abandonado.

Y es que en el fondo, viéndolo objetivamente: cualquier pretexto es bueno para pensar en ti.

Cómo explicar

"Pero cómo explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario".

viernes, agosto 29, 2008

Algo sobre los ojos

Sin duda, tus ojos son los que pusieron la pauta. Los míos sólo hicieron lo propio y lo políticamente correcto: mirarlos.
Poner atención a tus ojos fue mi peor error aunque te confieso fue mi mejor acierto y es que no sabes lo de buenas que me ponen esos dos.
Caminaba tranquilo cargando una mochila en la mano. Llevaba una laptop. Era terrible andar cargando el artefacto ese porque no lo usé para nada.
Lo primero fueron tus ojos. Lo segundo un hola. Lo tercero una aprobación.
Hubo una pausa.
Lo cuarto fue una sonrisa. Lo quinto fue una plática. Lo sexto fueron tacos. Lo último fue un adiós.
Hubo una pausa.
Lo séptimo fue el teléfono. Lo octavo fueron tus ojos y unos mariscos. Lo noveno fue plática. Lo décimo más plática. Lo onceavo fue nada.
Ya no hubo pausa.
Lo último fue una foto de mis ojos que captaron toda la escena y con esa me quedo. Aunque todo sólo sirva para escribir líneas y líneas.

Al principio fueron unos ojos.
Tus ojos. Dos. Sí, dos nomás, pero lo suficientemente verdes como para nunca olvidarlos.

De entonces para acá sólo existen dos ojos, lo mismo que siempre existió desde un principio.
Dos ojos sin pausa.
Dos nomás.

Yo seguiré siendo el freak de siempre y tus ojos seguirán ahí en un recuerdo como desde el principio.

Tus ojos se quedarán en mis ojos y los míos siempre se quedarán conmigo.

Ojos de gata

miércoles, agosto 27, 2008

Algo sobre mis ojos

A diferencia de los tuyos, los míos carecen de ese brillo. Sabes a qué brillo me refiero.

Mi tío Carlos, un viejo a toda madre que vivió 98 años y que en términos reales era como mi abuelo me regañaba porque me rascaba los ojos desde niño: "Los ojos con los codos", me decía cada que me los tallaba con las manos. Cuando tienes seis años no entiendes qué significa eso e intentaba llevarme los codos a los ojos y es un ejercicio imposible de realizar, aún si fuera contorsionista.

Hace poco más de 34 años, unos días más, pues, abrí por primera ves mis ojos. Vi una luz clara, fuerte, deslumbrante. Lloraba (los ojos por lo tanto se me hacían pequeños). No recuerdo bien el incidente pero supongo que así fue. Más tarde vi a mi madre, a mi padre, a mi hermano mayor y nunca me imaginé que mis ojos servirían para encontrarte 33 años después en un salón enorme. Nunca me imaginé que mi par de bolas que tengo encima de mi nariz (también de bola) servirían para contemplarte un buen rato. Servirían para congelarte en un cuadro que se iría inmediatamente a mi mente.

Mucho menos pensé que con esas bolas te buscaría por todos lados. Que de mis ojos saliera una onda electrónica que recorriera mi cuerpo (también de bola) y esta onda, a su vez, me generara un algo en las piernas, un aire caliente en el pecho y un exhalar profundo.

No.

Tampoco que mis ojos sirvieran para confrontar a los tuyos y que yo ebrio (lo recuerdo aún) brindara contigo mientras miraba los tuyos. Y que me dijeras: "Me viste mientras brindabas" y yo me tragara esa bebida rara que preparaste con sabor a tutsi pop.

Qué chingaos me iba a imaginar que por mirar tus ojos en un restaurante de mariscos me fuera yo a atragantar, perder el estilo, sentir las ganas de tomar aire, porque en ese momento se me acabó y verme en la necesidad de prender un cigarro después de casi un año que no había fumado.

Es más debo confesarte hace 34 años no tenía idea de mi, ni de lo que iba a hacer ni dónde iba a terminar. Poco antes de esa edad, probablemente flotaba cuidando el cuerpon que mis padres hicieron en un momento de calentura. Mi madre siempre me reclama que yo nací porque en ese mes que fui concebido dejó de tomar la píldora. No estaba preparado ni programado. Incluso, dice mi madre que estuve a punto de nacer en un taxi porque ya me urgía salir de ese recinto que me albergó por nueve meses.

Qué iba yo a saber que mis ojos serían como los de mi tío Carlos. Qué sabría yo que un día así nada más vería los tuyos y me quedara pasmado, como siempre que los veo.
Yo que iba a saber que tus ojos estarían en los míos. Qué me iba a imaginar que estarías en mis ojos. Y que siempre que los abro en las mañanas con ellos te veo.

Sé que sueno a lugar común, pero qué quieres. Son mis ojos los que suspiran, son los que te fuman, son los que hacen y provocan todo. De ahí que mis ojos los empiezo a valorar. Uno de ellos tiene astigmatismo: el derecho. El otro: miopía. Mis ojos no sirven para ver de lejos, sólo de cerca. Mis ojos se robaron a los tuyos y sin pedir permiso.

Son ellos los que se mueven, son ellos los que piensan, son los que de manera autoritaria determinaron sacarte una fotografía mejor que la que sirve de publicidad en una revistilla ahí de mal gusto. Son mis ojos los que aún tallo cuando tengo sueño.

Son ellos.

Los mismos que se habrán de comer los gusanos. Los mismos que servirán para verte una y otra y otra vez. Son los que ríen, los que sacan a flote todas esas emociones.

Yo qué pinche culpa.

martes, agosto 26, 2008

lunes, agosto 25, 2008

Father and son

De Cat Stevens.



Esta canción debe leerse en dos partes: el diálogo del papá al hijo y la respuesta del hijo al papá. El padre le dice a su hijo que no se vaya, que espere, que encuentre una buena mujer y que espere, pero el hijo le responde que es el momento de irse porque sabe que debe ser así.
Dura, sin duda, pero poca madre. Así que la letra para quienes no la conocen y para los que ya, pues vean el video gracias a la magia del youtube que es mejor que cualquier canal de televisión.



Papá:
No es tiempo para hacer un cambio,
Simplemente relájate, tómalo con calma.
Todavía eres muy joven, eso juega en tu contra,
Hay tanto que tienes que saber.
Encuentra una muchacha, establécete,
Si quieres puedes casarte.
Mírame, yo soy viejo, pero estoy contento.
Yo fui como tu, y sé que no es fácil,
Con tranquilidad puedes encontrar lo que buscas.
Pero toma tu tiempo, piensa mucho,
piensa en todo lo que tienes.
Por ti estas cosas estarán aquí mañana,
pero puede que tus sueños ya no.

Hijo:
Cómo puedo explicarle, cuando yo hago algo él lo rechaza de nuevo.
Siempre es lo mismo, la misma vieja historia.
Desde el momento en que pude hablar se me ordenó que escuchara
Ahora es mi turno y sé que tengo que marcharme.
Yo sé que me tengo que ir.

Papá:
No es tiempo para hacer un cambio,
Simplemente siéntate, tómalo con calma.
Todavía eres muy joven, y eso juega en tu contra,
Hay muchas cosas que debes vivir.
Encuentra a una muchacha, establécete,
si quieres puedes casarte.
Míreme, yo soy viejo, pero estoy contento.

Hijo:
Lejos Lejos Lejos, yo sé que tengo que
Tomar esta decisión solo-
Todas las veces que lloré y guardé todas las cosas que llevo dentro,
Es duro, pero es más difícil ignorarlo.
Si ellos tuvieran razón, yo estaría de acuerdo,
pero es a ellos a quien conoce y no a mí.
Hay una manera ahora y sé que tengo que marcharme.
Yo sé que me tengo que ir.

Papá:
Quédate, Quédate, Quédate, Por qué debes irte y
tomar esta decisión solo?

domingo, agosto 24, 2008

A la orilla de la chimenea

"Puedo ponerme humilde y decir
que no soy el mejor
que me falta valor para atarte a mi cama,
puedo ponerme digno y decir
“toma mi direccion cuando te hartes de amores
baratos de un rato… me llamas”.
Joaquín Sabina, A la orilla de la chimenea

sábado, agosto 23, 2008

Algo sobre tus ojos

Cuando uno lee un libro se da uno cuenta que no ha leído nada. Cuando aprendes algo, te ves a ti mismo como un ignorante. Sabes que tienes que ir por más. Sabes que debes devorar todo lo que esté a tu alcance, porque sabes que no sabes nada.

Lo mismo ocurre cuando veo tus ojos.

Lo mismo me sucede siempre que me topo con tu mirada: es el momento cuando me doy cuenta que estoy solo.

Lo primero que vi fueron tus ojos. Eso ya hace algún tiempo. Sonreías, no sé por qué sonreías, pero sonreías. Te sonrojaste, no sé por qué te sonrojaste pero te sonrojaste. Nos quedamos platicando un rato más del tiempo que marcaba el protocolo en ese momento, ¿recuerdas?

Sentados, juntos. Todos se habían levantado para ir a los cursos que estábamos tomando. Tú llevabas una mochila con tu laptop en la mano. Me levantaba del asiento, sin dejar de mirar tus ojos y el reflejo de ellos.

Me detuviste con la mano y me dijiste: “Espera. Faltan 10 minutos para que empiece. Sígueme contando”.

Yo, debo reconocerlo, me sorprendí y pues tu invitación era bien tomada por mis ojos porque era más que sugerente.

Seguimos platicando.

De pronto, nos quedamos verdaderamente solos en ese salón frío del Centro de Convenciones. Nos dimos cuenta de ello. Salimos caminando, lento. Debo reconocer que no dejaba de ver tus ojos, porque éstos miraban a los míos. No es que fuera un reto es que era un poco hipnótico.

¿Me explico?

Yo quería que los pasos —nuestros pasos— fueran lentos. Yo hablaba de historias, como los cuentistas cuando hablan de piratas o de dioses mitológicos o de epopeyas increíbles. Tú reías, te sonrojabas o de alguna forma tus ojos aprobaban mis discursos porque de pronto brillaban.

El encanto no duró mucho. Cada quien agarró su camino a alguna butaca azul para escuchar una ponencia.

Te vi más tarde, sólo para despedirme de ti como si fueras alguien totalmente desconocida. Unas horas antes parecía que tú y yo éramos viejos conocidos que por cuestiones del destino nos separamos un buen de años y nos tuvimos que encontrar para volver a platicarnos de todo lo que sufrimos, amamos, bailamos, bebimos en tanta ausencia.

Al siguiente día, buscaba tu mirada en cada cara que se me presentaba. No habías llegado. Entré a ese enorme auditorio preguntándome dónde diablos te habrías sentado.
Me mandaron a la parte de arriba porque el salón estaba lleno. De pronto alguien me dio un zape en la cabeza:
—Ora, güey —dije
—Jejeje —era uno de tantos que me conocía y que me hacía sonrojar al preguntarme—¿a quien buscas?
—A nadie, güey —y yo pensaba si es que era tan evidente mi búsqueda.
De pronto apareciste. Te vi. Te sentaste arriba del lado opuesto a donde yo estaba. Suspiré. Te observaba tranquilamente mientras fingías tomar nota. Llevabas un vestido claro, una blusa negra, zapatos idem de charol.
De pronto, otro zape:
—Ponga atención, chamaco cabrón —decía aquel sujeto que me veía despistado, mientras yo me sobaba la cabeza.

Tus ojos no habían cambiado.

Aunque nuestro saludo por la mañana fue frío, al mediodía, ya concluido el curso. Te miraba desde lejos y no sabía que hacer para acercarme. Algo se me ocurrió de pronto. Lo hice. Platicamos ese día hasta las diez de la noche mientras comíamos unos tacos árabes en Beirut (frente al hospital de la Upaep).

Por cierto, ese día de los tacos, era el día D, el día del desembarco de los gringos a Normandía, nada más que 64 años atrás.

Mientras mordía un taco árabe, miraba tus ojos.
—Cuando me llama mi mamá aparece pilas en mi celular, no sé por qué pero aparece pilas —dijiste al momento en que tomabas la llamada.
—Pos ponle otro nombre —dije yo mientras hacía el tradicional “ussss” de que me había enchilado con la salsa.
Tu mirada seguía ahí como hasta ahora.

Yo veía tus ojos y el reflejo de ellos, me comunicaba con ellos como si fuesen otros entes distintos al resto de tu cuerpo. Con ellos me entendía, con tu mirada platicaba de forma telepática.

Y cada que los veo sólo siento ese toque hipnótico, esa aguja con un narcótico que entra a mis venas y provoca que se dilaten mis pupilas.

Y es que es como cuando leo un libro, me doy cuenta que no sé nada. Es lo mismo que sucede cuando veo tus ojos: me doy cuenta que estoy solo.