martes, septiembre 26, 2006

De Kamel con un chingo de amor

La carta de Kamel para iniciados traducida del cabroñol al español y del español al cabroñol

“Hasta hoy había decidido tramitar la denuncia que promoví en contra de la señora Cacho —hija de la chingada— bajo las más estrictas reservas de ley —¡a güevo!— , litigando precisamente ante las instancias idóneas como lo son los tribunales —de puta madre— y no los medios —bola de ojetes, hijos de su reputa—, pero los hechos acontecidos hace unos días en los que se divulgan grabaciones obtenidas ilícitamente de mis líneas telefónicas —no mamen, ya no la chinguen— hacen necesaria esta carta abierta ante la opinión pública —culera, mal agradecida—.
”Nunca imaginé que lo expresado de manera privada fuera a hacerse público, fundamentalmente por el entorno en que se difundieron mis palabras. Moralmente —ahí sí no mamen, soy un cabrón pero no un hijo de la chingada— no hay otra responsable que mi persona —la pura verga—, soy yo quien habló en esas conversaciones —y si no chin chin— y las expresiones ofensivas son mías —agüeleme los prietos—, insisto, en diálogos que eran de carácter privado —con mis nalguitas—.
”Sí soy un empresario —bien chingón—, sí, sí hice bromas desmesuradas, burdas y machistas pero repito —así pienso y qué jijos de su reputanguera—, en el ámbito de la privacidad de una línea telefónica, éstas fueron bromas y sugerencias estúpidas entre varones —pura bola de cabrestos, son putitas como tú papá—, que jamás se cumplieron.
(…) No soy pederasta, soy un industrial, fui un jugador públicamente conocido en Las Vegas —y putañero— y así me asumo, pero quiero aclarar que toda la vergüenza y la infamia que hoy padezco deriva de grabaciones obtenidas ilícitamente —son mamadas, para acabar pronto—.
”La opinión pública —que no sabe ni un carajo de la opinión privada— y los afectados tienen derecho a saber el origen de las mismas —¿en qué chichi mamó tarzán?—.
A partir de la explicable sorpresa —me cagué— sobre su difusión o igualmente explicable el agravio de los afectados y de la opinión pública, se han hecho señalamientos como responsables de su generación y propalación a terceros que nada tienen que ver —son rependejos—y hasta a las instituciones del Estado que realizan actividades de inteligencia han sido señaladas —son ojetes, pero no tanto— (…) Las grabaciones —coño, hombre— fueron ordenadas a causa de una diferencia de carácter personal —nos agarramos a madrazos, un chile al chile—en mi matrimonio —que me llevó a la mierda—. Ella, la señora Irma Benavides — vieja jija—, con un propósito por demás delictivo. (…)
”Muchas gracias —perros
”Kamel Nacif Borges —su rey—.”