viernes, enero 28, 2005

¡Vete al espejo!, ¡chamaco cabrón!

Las pocas veces que mi papá, un tal Alberto, era razonable fue cuando me decía "vete al espejo". La orden era imperativa por lo que no podía negarme.
Me paraba frente a un espejo que colgaba en la sala de la casa ubicada en la 5 Norte 2006. Me ponía a verme y no entendía ni un carajo.
Mi padre me observaba desde una silla y yo nervioso, tenía miedo de que me fuera a pegar, no dejaba de verme.
Pasados cinco minutos él me decía: "a ver, ahora pregúntate: ¿te estás haciendo pendejo?".
Yo al verme me dije en voz alta: "¿me estoy haciendo pendejo?".
Inmediatamente comprendí lo que quería decirme mi padre.
Sí, me estaba haciendo pendejo.
Creo que desde hace diez años para acá estoy viviendo lo mismo.
Lo que los mortales llaman vida sentimental, que me parece de asco la palabrita, es para mi como volverme a ver en el espejo durante cinco minutos.
Creo que me encuentro en esta situación en la que no avanzo, no me hallo, no me encuentro.
Me han acusado de cobarde, ojete, caliente, horny, mala persona, miedoso, celoso, mala madre, pervertido, sodomizador, naco, sin estilo, putañero, obsesivo, culero e hijo de mi chingada madre, útil, prepoitente, puberto de 14 años a mis 30.
Después de todo creo que sí.
Tienen razón.
Creo que sigo sin encontrarme.
En mi casa sobro: no me hallo y no me hallan.
En mi trabajo intento ser bueno, pero soy tan ojete y culero como la bola de periodistas a mi alrededor.
Soy un diletante, un ignorante.
A la pequeña Araceli colaboré para partirle la madre. A la buena Exi, también, a Blanca la abandoné, a Elizabet la usé.
Ahora en las condiciones en las que me encuentro creo que sigo siendo aquel muchacho miedoso, aquel que se hundía cada vez que llegaba su padre a la hora del trabajo con miedo a que se desquitara de él.
Me estoy haciendo pendejo.
Me estoy haciendo pendejo.
Me estoy haciendo pendejo.
Me estoy haciendo pendejo.
Y así intento sobrevivir a este espectro de mentiras y usos.
Espero, pues, como diría Sabines que el día de mi muerte sea respetado.



No hay comentarios.: