lunes, febrero 20, 2006

LA MARCHA DE LA BUROCRACIA

De cómo el gober precioso se organiza una marcha preciosa

“¡Con Kamel y Marín
el PRI llegó a su fin!”

Una mentada de madre generalizada se escucha en el zócalo de la ciudad: “¡Televisa y La Jornada se van a la chingada!” Un orador desconocido de nombre Arturo Mendoza llama desde un micrófono a apagar el televisor y a no leer periódicos. Un centenar de campesinos le aplauden. (Flash back: Escena de una película en blanco y negro. Hay quema de libros en alguna plaza pública de algún país del Eje).
La marcha lleva casi tres horas. La gente no sabe por qué está ahí, pero está. Funcionarios de Sedurbecop, Finanzas, Comunicaciones y Transportes y SEP. Campesinos de la Liga de Comunidades Agrarias. Una columna de ancianos, hombres, mujeres y niños, puro cenopista. Trabajadores del sindicato de burócratas y del sindicato del ayuntamiento de Puebla. Trabajadores del Colegio de Bachilleres. Todos llevan pancartas, mantas con frases de apoyo. Gorras, camisetas con el nombre de Mario Marín. (Flash back a un documental sobre Cuba. Miles de cubanos salen a las calles para defender al dictador Fidel Castro).
Camiones de los llamados materialistas recorren la avenida Reforma hasta llegar a la Juan de Palafox y Mendoza. Tocan sus cláxones escandalosos. Son miles de personas que marchan. (Flash back a un programa de la serie México Siglo XX de Krauze: Una marcha del Primero de Mayo de los años sesenta con Fidel Velásquez. Toda la estructura sale a las calles a manifestarse a favor del buen gobierno).
Aquí se parodia el fin del mundo. Es la parodia del Holocausto poblano. Es un acto precioso organizado por el gober precioso. Mientras eso ocurre, un personaje de apellido Marín está en el Palacio Municipal. No es el intervenido gobernator, es su homónimo. Él observa todo desde ahí. No dice nada. Sólo observa cómo se opera la marcha.
Las consignas son: “¡No somos uno ni somos cien, prensa vendida cuéntanos bien!” “¡Apoyo total al gobierno estatal!” “¡Mi gober precioso saldrás victorioso!” Desde otro lado. Unos burócratas se atacan de la risa. Algunos voltean a verlos y ellos, en su papel de marchistas, gritan: “¡Con Kamel y Marín, el PRI llegó a su fin!”
Se reparten volantes donde aparece dibujada una botella de tequila y otra de coñac, además una leyenda: “Toma tequila porque el coñac da dolores de cabeza”.
Otros llevan caricaturas del gober: vestido de Benito Juárez, con Kamel Nacif, llamando por teléfono, Roberto Madrazo sangrando de la nariz con la etiqueta “Mole Poblano”.
Aparece Alejandro “El Negro” del Castillo. Alguien le dice que es acarreado. Ese alguien lo mira con un dejo de lástima, como con pena ajena. Alejandro, como siempre, toma su nextel y se acusa con el mismo de siempre: “Van a poner que soy acarreado”. (Flash back a un programa de los polivoces: aparece Gordolfo Gelatino cantando: “Soy tan hermoso ya lo sé, soy tan precioso miren bien, soy primoroso soy Gordolfo Gelatino. ¡Ahí madre!)
Roberto Marín anda por ahí. La organización de red de mujeres que conduce Julieta, hermana de Mario Marín Torres, también. Para no variar, no le echan la porra a alguien específico sino a su organización: “¡Red de mujeres, red, red!”
Así está el zócalo.

*****
Todo inicia en el Paseo Bravo con la repartición de cemitas, refrescos y una camiseta blanca con la leyenda “Yo sí creo en Mario Marín”.
Un personaje similar a don Perpetuo del Rosal se coloca las gafas oscuras y se alisa la barba canosa. Va vestido como vaquero de Palmarito Tochapan. Rosita, la sempiterna gorda de La Resurrección, ya está lista y es como la abanderada.
Son las cuatro de la tarde y ahí Julián Haddad se justifica: “Vengo a apoyar a mi amigo”.
—¿Y no era tu amigo Kamel Nacif? —se le pregunta.
—No, no, para nada. Lo vi como dos veces. No, no.
René Sánchez Juárez, Leonardo Contreras Cisneros, Antonio Hernández y Genis, todos, tomados de los brazos para encabezar la marcha de la burocracia. En radio Acir, en el corte del Radar de esa hora, para ser exactos, el buzón de voz está lleno de denuncias de coacción a los trabajadores de las dependencias para ir a marchar. “Están obligando a los transportistas”, se escucha la denuncia de una señora desesperada vía telefónica.
Se dice que fueron obligados. Llega a los oídos que hasta estudiantes de la UAP son llevados por el director de la Facultad de Derecho, Guillermo Nares y “un tal licenciado Oropeza”. Pero los estudiantes, en un buen número, se rebelan a las órdenes mayores.
Nomás no llegan.
Sólo los priistas.
Un periodista camina por ahí con unos audífonos. Se le acerca una mujer joven de mediana estatura. Él, desconcertado, la ve. No le dice nada. Ella vuelve a pasar por ahí. El periodista piensa que ha de ser de los orejas de Gobernación que mandaron para el control de las masas. Ella se acerca y dubitativa le dice: “Sí nos obligaron en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). Juan de Dios Bravo —subsecretario de la dependencia— está en el Royalty. Él va a revisar que los concesionarios asistan”.
Cada contingente tiene un líder que pasa lista a eso de las tres y media.
La marcha arranca. Una cartulina dice: “Cemitas América con Marín”
—¿Las de pata o las de quesillo?
Y las consignas a todo volumen:
—¿A los panistas qué les vamos a dar?
La respuesta del contingente: “¡Leche y camote!”
—¿Y los periodistas?
—¡Que se sienten a escribir!
La gran columna llega al zócalo y la gente se empieza a ir en la típica actitud del “me vale madres”.
“Empezamos 20 mil, pero llegamos dos mil”, dice un acarreado.
Y es que una vez que llegan al zócalo desaparecen. El éxodo es inmediato.
Nadie habla de Kamel Nacif conocido ahora por Jaime Avilés en La Jornada como “El Rey de las niñitas”.
La marcha es contra la prensa.

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Dos horas antes del arranque las oficinas de Gobierno se cierran, las del ayuntamiento también. El director de Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación está coordinando el operativo. Él, al igual que muchos, es muy leal a Javier López Zavala, quien junto con Alejandro Armenta Mier organizó la marcha burócrata para defender al jefe Mario Marín Torres.
En pocas palabras: El Gobierno defiende al Gobierno desde el Gobierno.
Ah, qué bonito Gobierno el del licenciado Marín, “¡Mi héroe papá!”.


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“No nos vamos a dejar”, es el primer grito al llegar al zócalo.
Desde un templete una bola de desconocidos dirigen la marcha: “¡Esta, ésta señores, es la marcha de la vergüenza!”
Los asistentes voltean a verlo incrédulos.
El animador con el micrófono corrige: “De la vergüenza que nos da Televisa y la forma en la que se está acusando al amigo del pueblo, al licenciado Mario Marín Torres”.
Al oír eso alguien piensa en voz alta: “¡Hasta Polo de Lara lo hubiera hecho mejor!”
“Marín-seguro a Televisa dale duro”.
Una cartulina con la consigna: “Puebla, la lavadora de patas de Fox”.
“Lo que sea de cada quien —recapacita un priista—, le salió bien a López Zavala el operativo. Mediáticamente nos los vamos a coger”.
Otra pancarta más: “El pueblo es más que Televisa”.
Y una que, para algunas mujeres, es ofensiva: “Lydia Cacho, quiere macho”.
Un grupo de mujeres corre a bajar esa cartulina. “¡Compañero, qué no se da cuenta que acusan al licenciado Marín de misógino, no sea pendejo!”, le dice la mujer al tipo moreno, con estilo de chofer de la línea de microbuses Los Galgos del Sur.
Presentan en el templete al alcalde panista de Palmar de Bravo, José Espino.
“Es el único inteligente”, grita alguien.
Él, panista, orgulloso, silvestre, apoya a Mario Marín y lee en voz alta un desplegado que salió publicado en varios diarios nacionales y locales firmado por 177 presidentes municipales. “Perdón, pero nos llamaron ya muy noche para firmarlo por eso no estamos los 217”.
“¿Los llamaron?, ¿quiénes?”
Luego sube una líder de padres de Familia, una mujer llamada Mónica García. Ella, feliz, defiende al gober precioso. Acusa, también, a Televisa.
Más tarde otro desconocido:
—Les pido un saludo para López Dóriga y para Carlos Loret de Mola.
—Fiu, fiu, fiu, fiu, fiuu —sonaron Las trompetas de Jericó como mentadas de madre.
—A ver otra vez: ¡Televisa, Puebla te saluda!
—Fiu, fiu, fiu, fiu, fiuu —los muros de Sodoma y Gomorra caen por los ángeles justicieros.
—¡Los gobernantes no deben arrodillarse ante una prensa corrupta! —dice el desconocido en el micrófono.
—Es a mua — responde un reportero al oír la alusión.
—Ahí veo una pancarta que dice que más jala un par de tetas que un par de carretas. El pueblo es sabio.
—No somos uno, no somos diez, prensa vendida cuéntanos bien.
—A partir de hoy, compañeros, ya no lean los periódicos ni prendan la televisión. Ya no vean la televisión.
—¿Ni si quiera las telenovelas? —responde un acarreado.
—Mi gobernador fue calumniado por el ticher y Loret de Mola —culmina el desconocido en el micrófono.
—Abajo la prensa vendida y corrupta —fue la respuesta.
Y en ese justo momento todo se detiene.
Todo es en cámara lenta.
Es algo bizarro.
“La prensa es corrupta porque el Gobierno la compra”, cualquiera eso que escucha, lo piensa.
Y se ve a las masas marchando.
El pueblo es sabio.
Miles de personas pasan lista por el miedo que las corran.
El pueblo es sabio.
Reparten tortas y refrescos.
El pueblo es sabio.
“Mi gober precioso estamos contigo”
El pueblo es sabio.
“Televisa y La Jornada se van a la chingada.”
El pueblo es sabio.
Se sigue llamando a no leer los periódicos ni a ver los noticiarios.
El pueblo es sabio.
En otro lado unos ancianos no saben a qué vienen. Son de Libres. La señora de mayor edad lleva en su mano el pequeño lunch que le dieron al bajarse del camión.
Ella no sabe por qué está ahí: “Me trajeron. Me dijeron unos señores del DIF que viniéramos a Puebla porque íbamos a ver las cosas grandes que ha hecho el gobernador”.
No cabe duda, el pueblo es sabio.

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Al otro día. Los medios nacionales revelan que fueron presionados los trabajadores para asistir.
Un periódico local es el único que no sabe qué realidad se vive en Puebla: “Encara Marín a los diputaos federales”.
Colonos durante una gira de Marín con gritos y a punto de iniciar los empujones atacan a reporteros. Marín no hace nada.
“Madrazo se deslinda de Marín”, dice en su edición vespertina el universal on line.
La prensa nacional sigue criticando
Lunes. Funcionarios de gobierno: Alejandro Armenta Mier, Gerardo Pérez Salazar, Rómulo Arredondo, El cadenero Chiva —osea Javier García Ramírez—, entre otros, dicen que no se obligó a nadie. Y que si hay pruebas de ello que lo denuncien con nombres y apellidos, que no sean anónimos.
La marcha de la vergüenza, como dijeron los propios empleados de Marín, culmina así.

4 comentarios:

Mario Martell dijo...

Mi querido Zeus. Tu crónica es hermosa.
Adjetivo que seguramente te parecerá inapropiado por que la marcha del viernes te pareció una mierda pero insisto en la mierda también existe la belleza.
Esa es la misión de la poesía descubrir la belleza en la mierda del mundo.
Un saludo y un abrazo martelliano.

Anónimo dijo...

ah! que puedo decir de la manera como escribes, no soy una experta en ello, pero si quiero comentar que he estado checando constantemente esta página y hoy me he llevado la grata sorpresa de que has vuelto a expresar tus pensamientos, y como en la mayoria de las veces me gusta lo que escribes, me gusta mucho.

De la marcha has descrito perfectamente como sucedio todo, sin embargo, si hubieras descrito casos particulares se que escribirias que para muchos fue triste perder la dignidad y que tal vez por ello pasaron una mala noche.

un beso tronado...

Y un dia.... dijo...

Acarreados. Muertosdehambre. es el ocaso de aquello a que nuestros padres y abuelos le tuvieron tanto temor: el pri.

Luisa Fernández dijo...

No chingues Zeus, está poica madre, mis respetos maestro.