domingo, junio 18, 2006

whisky



Película uruguaya. Fenomenal. La historia trata de dos hermanos que se reencuentran después de muchos años tras la muerte de su madre. Ambos se dedican a hacer calcetines. Jacobo, el que se queda en Uruguay, no le va tan bien. Él se encarga de la fábrica de su padre pero debe cuidar de la salud de su madre y por ello crece frustrado. El otro se va a Brasil. A él (Herman) le va bien: se casa con una brasileña y tiene una vida acomodada. En la fábrica de Jacobo trabaja una mujer, Marta. Quién se pasa la vida en medio de una aburrición terrible. Tanto Jacobo como Marta viven en una rutina desgarradora. En la mañana Jacobo desayuna un café con leche y un pan. En la fábrica revisa todos los días una persiana que está descompuesta. Marta, por su parte, llega. Trabaja. Prepara el té de Jacobo. Fuma un cigarro. Se va a su casa o al cine. La llegada de Herman cambia un poco las cosas.

Es sin duda una fotografía de la rutina, de la soledad, de la frustración humana. Es una visión maravillosa de esos tres elementos que son tan comunes, que indudáblemente se ve uno reflejado con cualquiera de los tres protagonistas.
La vida de Jacobo y Marta es tan gris. Tan común, que no por ello deja de ser de respeto.

El tema de la película es una vieja canción de Leonardo Favio que es más cursi,aquella que decía:
"Hoy corté una flor...
y llóvía, llovía"


Esa visión de la vida es maravillosa

1 comentario:

Tamara Blue dijo...

Algunas veces esa rutina y el color gris de la vida dan esa estabilidad y tranquilidad que tanta gente pasa buscando la vida entera...