lunes, diciembre 27, 2004

Carta de un fanático de Waters a una fanática de Iggy Pop

I'm the passenger

Son las siete treinta de la noche. Dos policías están sentados atrás de mi y un pendejo con aires de metrosexual juega en una de las computadoras de este ciber que se encuentra en el Paseo Bravo.
Ya, ya, ya.
Ya estoy aburrido.
Ya necesito el olor a la tinta y las mentadas de madre correspondientes a la redacción de un periódico.
¿Sabes, mi querida Flor de Calabaza, cómo es de lento el tiempo en Puebla a raíz de tu abandono?
¿Sabes acaso cómo son las horas cero aquí sin tu gritos y tus escalofríos?
¿Sabes que no saben igual las horas cero en Puebla y los gritos de los pájaros a las seis de la mañana?
¿Sabes que me hace falta la interrupción mesengerziana a la hora de estar, como dicen los sabios, chatiando (del verbo ser chato)?
El reporte lunar del 25 y 26 de diciembre es el siguiente: "Luna llena blanca y brillante. Sus rayos me despiertan porque no he corrido la cortina de mi recámara." Por su puesto lo hago adrede para verla.

Extrañamientos
Dícese de los actos de los políticos cuando se extrañan de las chingaderas ajenas.
En otro orden sería todo aquello que anda estriñido (se oye extriñido, yo que culpa) y por lo tanto suena extraño.
Y en una tercera acepción son aquellas cosas que suceden y no generan extrañeza, al contrario generan una sensación de extrañar. De recordar.
Elementos que han generado esta tercera acepción:
-Hora cero.
-Luna llena.
-Película de Woody Allen: Manhattan, escena Woody y Diane Keaton platicando hasta tarde en una banca del parque.
-Chevis color rojo tirándole a guinda. El sol es implacable con la Chévrolet.
-Un texto del libro Diablo Guardián.
-Un disco de los tropicalistas, la canción Objeto no identificado que canta Gal Costa.
-Y un titipuchal de chingaderas.
-Por su puesto una quezadilla de flor de calabaza, chicharrón y salsa verde de la Tres Sur y Cinco Poniente.
-Un disco de Iggy Pop. Obviamente con la canción The Passenger
Si aplicamos las otras dos acepciones a lo anteriormente escrito encontraremos más formas de extrañar, veamos:
Estoy seguro que al leer este texto, la mirada de la fanática de Iggy Pop se irá hacía arriba. Mírese con tronido de boca o con carita de "si, pendejo". En este caso se estará logrando el extrañamiento que mandan los diputados a manera de amonestación.
Si hablamos de extrañamiento como extriñimiento, bueno, no es necesario entrar a detalles pero creo que sentimentalmente el ser humano es un extriñido, yo soy un extriñido en mis pensamientos y mis emociones: los suelto de a poquitos y tengo que pujar para que salgan.
Y si nos ponemos en el lugar de la iterfeita flor de calabaza, pues, pues...
En fin, creo que este texto cierra la pinza por si sola.

En tanto
Esta es la situación que aqueja a este que escribe o al abajo firmante.
Me está dando delirium tremens.
Necesito mi droga.
Necesito aspirarte un poco.
Ya me dio el tercer bajón por la falta de mi efedrina favorita.
Necesito volver a verte y a aspirarte.
Necesito que regreses del mar.
A tí no te vende cualquier drug dealer, mugriento y piojoso.
A tí no te encuentro en una Farmacia del ahorro y ni en una Guadalajara.
Necesito una inyección de tus tropiezos con la nada, necesito un berrinche y una mirada chantajista.
Es que estoy tan perfectamente normal que necesito contraerte. Estoy tan perfectamente lúcido que disfrute la navidad y me compré ropa de marca.
Estoy tan perfectamente normal que me gusta ver los comerciales de Santa Claus (léase Clos, es más mexicano).
Efectivamente las mujeres como tú sólo se contraen como virus.
Necesito una garrapata en la sangre que me termine de succionar la poca sangre limpia que me queda.





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